Con los Acuerdos de Ginebra sobre la terminación de guerras en Vietnam, por primera vez en la historia de la nación, los derechos fundamentales de independencia, soberanía, unidad e integridad territorial de Vietnam se afirmaron oficialmente en un tratado internacional y fueron reconocidos por los países participantes.
El Gobierno francés y los países negociadores tuvieron que comprometerse a respetar la independencia, la soberanía y la integridad territorial, y a abstenerse de interferir en absoluto en los asuntos internos de Vietnam. El ejército francés tuvo que retirarse del país sudesteasiático. El Norte vietnamita quedó completamente liberado, entró en el proceso de construcción del socialismo y se convirtió en una sólida retaguardia del pueblo del sur para continuar la lucha por la liberación y la unificación nacional.
Junto con la victoria de Dien Bien Phu, la firma de los Acuerdos de Ginebra puso fin por completo a casi 100 años de dominación colonial francesa en Vietnam. El tratado es un hito importante, una gran victoria en la lucha por la liberación nacional del pueblo vietnamita, abriendo una nueva fase para que la revolución nacional completara la causa de la liberación y la unificación de la Patria.
El acuerdo fue también un triunfo conjunto para los tres países de la península de Indochina. Fue un acontecimiento histórico que dio gran resonancia y fuerte aliento al movimiento de liberación nacional de los países coloniales y dependientes. Entre 1954 y 1964, 17 de las 22 colonias francesas se independizaron. Sólo en 1960, 17 países africanos declararon su independencia.
Han pasado siete décadas, pero las valiosas lecciones del proceso de negociación, firma e implementación de los acuerdos siguen siendo válidas en el contexto actual. En primer lugar, es la lección de anteponer los intereses de la nación y del pueblo, considerándolos como un objetivo y el principio prioritario en las relaciones exteriores.
También son lecciones de independencia y autosuficiencia en la diplomacia y las negociaciones internacionales; de combinar la fuerza nacional con la de los tiempos en las nuevas condiciones para crear sinergias que permitan un desarrollo nacional rápido y sostenible.
Además, el histórico evento reafirmó la importancia de crear sinergias en los frentes militar, político y diplomático para lograr la victoria final; saber ganar paso a paso para lograr la victoria completa en el contexto de diferencias en la correlación de fuerzas; combinar estrechamente la lucha diplomática con la de la opinión pública, consiguiendo el apoyo de los pueblos y fuerzas del mundo que aman la paz y la justicia en la causa de la construcción y protección de la Patria. Por encima de todo, la lección fundamental es la dirección unificada y absoluta del Partido para la causa revolucionaria del pueblo en general y el frente diplomático en particular.
El valioso bagaje de los Acuerdos de Ginebra se ha aplicado de manera flexible y creativa en la negociación y firma de los Acuerdos de París para poner fin a la guerra y restaurar la paz en Vietnam en 1973, así como en la implementación de la labor de asuntos exteriores en la actualidad. Al desplegar la política innovadora del Partido en asuntos exteriores, Vietnam ha cosechado sobresalientes logros. Hasta la fecha, el país ha establecido relaciones diplomáticas con 193 países miembros de las Naciones Unidas, y tiene asociaciones estratégicas y asociaciones estratégicas integrales con los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y tiene una red de asociaciones estratégicas y asociaciones integrales con 30 naciones. Vietnam es miembro activo y responsable de más de 70 importantes organizaciones y foros regionales e internacionales, y ha establecido una red abierta de relaciones económicas con unas 60 economías de todo el mundo. La posición y el prestigio de Vietnam en la región y en el mundo están cada vez más reforzados, lo que contribuye al mantenimiento de la paz, la cooperación al desarrollo y el progreso en el mundo.
Con los Acuerdos de Ginebra, la diplomacia vietnamita reafirmó el valor, la capacidad y la inteligencia de una nación con una firme voluntad de defender la independencia, expresando con audacia la quintaesencia de la cultura nacional y la ideología, el estilo y el arte diplomáticos de Ho Chi Minh. El proceso de negociación, firma e implementación de estos tratados es un compendio de lecciones valiosas e intemporales que las generaciones futuras podrán heredar, aplicar y hacer avanzar creativamente la causa de la protección, la construcción y el desarrollo del país.