Hace exactamente 80 años, bajo la dirección del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y del Presidente Ho Chi Minh, el pueblo vietnamita protagonizó un acontecimiento "que estremeció el cielo y la tierra", derribó el yugo colonialista francés, puso fin al régimen monárquico que había perdurado durante casi mil años y estableció la República Democrática de Vietnam, el primer Estado democrático popular del sudeste asiático. Desde entonces, Vietnam se posicionó en el mapa del mundo. El pueblo vietnamita pasó de la esclavitud a ser dueño de su país y de su propio destino.
El éxito de la Revolución de Agosto marcó un viraje histórico de gran trascendencia. La sociedad vietnamita pasó de ser una colonia semifeudal a un nuevo régimen social, el socialismo del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. La nación vietnamita entró en una nueva era gloriosa, la era de Ho Chi Minh, radiante y brillante.
La victoria de la revolución es el cumplimiento del anhelo milenario del pueblo vietnamita por la independencia y la libertad. Esta hazaña constituye un símbolo sublime del patriotismo y de la fuerza de la gran unidad nacional. Su alcance trascendió las fronteras nacionales y cobró un profundo significado internacional al alentar a los pueblos colonizados y oprimidos de todo el mundo a levantarse en busca de la independencia, la democracia y el progreso social.
Los grandes logros de la Revolución de Agosto pusieron de manifiesto el papel dirigente del PCV, un partido revolucionario genuino fundado y forjado por el Presidente Ho Chi Minh. Esta agrupación política tiene como fundamentos ideológicos y teóricos el marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh, enarbola con inquebrantable firmeza la bandera de la independencia nacional y el socialismo, mantiene vínculos de sangre con el pueblo, combina la fuerza nacional con la fuerza de la época y conduce la revolución de manera integral y radical, con firmeza y valentía, por la independencia de la nación y por la libertad, la prosperidad y la felicidad del pueblo.
Durante los últimos 80 años, el Partido, el pueblo y el Ejército han defendido resueltamente las conquistas revolucionarias y han promovido sin cesar los valores imperecederos de la Revolución de Agosto. Se trata del espíritu revolucionario eterno, de la lección sobre la construcción de un Partido potente y de la experiencia en la organización de un movimiento político de masas, en el fomento y puesta en marcha de la gran unidad nacional y en la dominación de la coyuntura y elección del momento oportuno. A ello se suma la sabia combinación de la fuerza nacional con la fuerza de la época y, sobre todo, el haber despertado en todo el pueblo la voluntad de autosuficiencia, resiliencia y creatividad para "liberarnos con nuestras propias fuerzas".
A lo largo de cada etapa de la lucha revolucionaria y en cualquier circunstancia, los valores de la Revolución de Agosto constituyeron un cimiento sólido y una brújula que guiaron al pueblo vietnamita, unido en bloque, para avanzar con paso firme bajo la bandera del Partido, conducir con éxito la nave de la revolución y superar rápidos y cascadas. De este modo, conquistó victorias decisivas en el siglo XX, derrotó al fascismo, al colonialismo y al imperialismo, alcanzó la independencia nacional, reunificó la Patria, impulsó el país hacia el socialismo, llevó a cabo con éxito la Renovación (Doi Moi) y prosiguió la construcción y el desarrollo de la nación.
Orgullosos de la histórica Revolución de Agosto, mantenemos vivo el eterno agradecimiento al Presidente Ho Chi Minh, gran líder de la revolución vietnamita; a los millones de héroes y mártires que hicieron sacrificios; a los hijos e hijas más ilustres de la nación; a los veteranos revolucionarios; a las Madres Heroicas, y a las familias con méritos. Nos comprometemos a enaltecer los valores inmortales y la vitalidad imperecedera de la Revolución de Agosto en la nueva etapa de desarrollo nacional, y a avivar en todo el Partido, el pueblo y el Ejército el ardiente patriotismo, el orgullo nacional, la indomable voluntad, el espíritu de unidad y la firme determinación para conquistar nuevas hazañas en el siglo XXI y materializar la aspiración de desarrollo, llevando así al país con paso firme hacia un futuro de prosperidad y abundancia.
El Partido, el pueblo y el Ejército redoblan esfuerzos para cumplir y superar las metas y tareas previstas para 2025, con el fin de contribuir al éxito de la ejecución de la Resolución del XIII Congreso del Partido, sentar las bases para el futuro y garantizar la consecución de los objetivos estratégicos del centenario del PCV y del centenario de la fundación del país. Los ministerios, sectores y localidades se centran en realizar los preparativos para las asambleas del Partido a todos los niveles para el mandato 2025-2030, con el objetivo de celebrar con éxito el XIV Congreso Nacional del PCV, un nuevo hito en el desarrollo de la nación.
Los órganos, sectores y localidades aceleran la eliminación de los obstáculos institucionales y jurídicos para dinamizar los trabajos, liberar los recursos, desarrollar de manera simultánea los distintos sectores y ámbitos, impulsar el crecimiento socioeconómico y mejorar incesantemente la vida material y espiritual del pueblo. Todo el sistema político sigue perfeccionando su organización, el modelo de gobierno local de dos niveles y el nuevo aparato, para poder operar de manera eficaz y responder así a las exigencias de la situación actual.
Las instancias partidistas intensifican la construcción y rectificación del Partido, vinculadas al fortalecimiento del estudio y la práctica del pensamiento, la moral y el estilo de vida de Ho Chi Minh, así como a la elevación de la capacidad de los cuadros dirigentes y gestores. También promueven la innovación, la creatividad y la valentía de pensar y actuar en beneficio del país y del pueblo. Cada militante se esfuerza por capacitarse, encarnar la moral revolucionaria y situarse a la vanguardia de todas las tareas, con el fin de responder cabalmente a las exigencias del trabajo y merecer el papel de fuerza esencial que dirige y cohesiona a las masas, con firme convicción en el liderazgo del Partido, para avanzar hacia el desarrollo rápido y sostenible del país.
Han transcurrido ochenta años y el espíritu revolucionario y las enseñanzas de la victoria de la Revolución de Agosto siguen conservando su profundo valor e iluminando la nueva era de desarrollo nacional. Inspiran la materialización de la visión de convertir a Vietnam en una nación desarrollada y de altos ingresos en 2045, para construir un país cada vez más próspero, independiente, democrático, civilizado y feliz que avanza con paso firme por el camino del socialismo.