En una entrevista concedida recientemente a corresponsales de la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) en Sídney, el profesor Chu Hoang Long, director del Centro de Investigación de Políticas de Vietnam en la Universidad Nacional de Australia, señaló que el país indochino, de ser una nación devastada por la guerra y entre las más pobres del mundo, se ha levantado con fuerza para convertirse en un país dinámico y responsable en el escenario internacional.
El país ha logrado avances impresionantes no solo en su estatura global, en ámbitos económicos, sociales, culturales y diplomáticos, sino también en el desarrollo individual, donde los ciudadanos están cada vez más empoderados para mejorar su calidad de vida, capacidad intelectual, bienestar y habilidades profesionales.
Según el profesor, quien también es vicepresidente de la Asociación de Intelectuales y Expertos Vietnamitas en Australia, dos factores clave sustentan el rápido desarrollo de Vietnam: la estabilidad política y una política exterior flexible. Ambos han ayudado a mantener un entorno pacífico para el crecimiento al tiempo que elevan la imagen internacional del país y su capital humano: la resiliencia, inteligencia, ética laboral y solidaridad del pueblo vietnamita, que constituyen la base del desarrollo sostenible nacional.
Destacó que la solidaridad nacional fue la fuerza principal detrás de la victoria histórica del 30 de abril de 1975, y sigue siendo la clave del progreso de Vietnam en las últimas cinco décadas.
La reunificación es un testimonio vívido de la unidad interna del pueblo vietnamita, que logró superar los intentos de división. Esa misma solidaridad desempeñó un papel crucial en el alivio de las heridas de la guerra y en la movilización nacional para reconstruir y modernizar el país. También ha sido una fuerza impulsora detrás de la adaptabilidad del país y de su sentido de propósito compartido a través de diversas etapas de desarrollo, que culminan en los logros socioeconómicos actuales.
Durante los últimos 50 años, el espíritu de unidad nacional no se ha desvanecido, observó Hoang Long, sino que se ha arraigado más profundamente y se ha vuelto más ágil en la trayectoria de desarrollo de Vietnam. Este valor duradero ha permitido al país recuperarse de la guerra, enfrentar desastres naturales y pandemias, y asegurar una posición firme en un entorno global cada vez más complejo y competitivo.
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El profesor Chu Hoang Long, director del Centro de Investigación de Políticas de Vietnam en la Universidad Nacional de Australia (Foto: VNA) |
El profesor cree que los elementos clave extraídos de la lucha de Vietnam por la liberación nacional y la reunificación pueden aplicarse eficazmente en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial y la economía digital actual.
Hace cincuenta años, la aspiración a la autodeterminación significaba la reunificación nacional. Hoy, significa soberanía económica y tecnológica, impulsando a Vietnam hacia su objetivo de convertirse en una nación desarrollada de altos ingresos. Esta aspiración nacional alimenta una cultura de innovación, pensamiento audaz y acción decidida, sentando las bases para un ecosistema digital integral, que comprende gobierno digital, empresas digitales y ciudadanía digital, donde todos pueden contribuir al desarrollo y beneficiarse de él, mencionó.
En una era donde las fronteras físicas se difuminan y la cultura global es omnipresente, preservar y promover el patrimonio cultural de Vietnam no solo consiste en salvaguardar sus orígenes, sino también en obtener una ventaja competitiva. Esta identidad distintiva ayuda a posicionar claramente a Vietnam en el mapa mundial como una nación que se integra sin perder su esencia. La cultura también actúa como fuente de poder blando, moldeando la confianza digital, la ética digital y los valores sostenibles en la nueva era.
Otro elemento, indicó, radica en la visión estratégica y la agilidad de liderazgo, especialmente en el desarrollo y la aplicación del conocimiento. En tiempos de guerra, la victoria no provenía solo del coraje, sino también del pensamiento estratégico, la adaptabilidad y la capacidad de aprovechar las oportunidades. Estas cualidades son aún más críticas en la gobernanza moderna, donde los datos, la tecnología y el pensamiento analítico son indispensables.
Vietnam debe seguir fomentando un espíritu de innovación y visión a largo plazo para afrontar los desafíos emergentes y el riesgo de quedar rezagado en medio del rápido cambio tecnológico, recomendó.