Según el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente de Vietnam, particularmente en octubre, las exportaciones de té del país se estimaron en cerca de 12 mil toneladas, con un valor de 20,9 millones de dólares.
A pesar de las dificultades generales, algunos mercados siguen mostrando señales positivas. Pakistán, Taiwán (China) y China continúan siendo los tres principales destinos para el té vietnamita, representando respectivamente el 41,2 por ciento, el 11,5 por ciento y el 9,2 por ciento del total de las exportaciones.
Es notable que, aunque las exportaciones a Pakistán cayeron un 7,1 por ciento, los envíos a Taiwán (China) y China aumentaron ligeramente, con un incremento del 2,9 y del 3,2 por ciento, respectivamente.
Sin embargo, detrás de esas cifras de exportación se esconden grandes desafíos en la producción. La industria del té de Vietnam aún se enfoca principalmente en el rendimiento y depende en gran medida de fertilizantes químicos y pesticidas, lo que provoca la degradación del suelo, la disminución de la calidad del té y reduce la vida útil de las plantas, y afecta directamente la salud de los trabajadores.
Para escapar del ciclo de bajos rendimientos y bajo valor, las empresas productoras y procesadoras de té deben impulsar la transformación hacia productos más elaborados, diversificar su oferta y, en particular, cambiar hacia la producción orgánica.
Ese enfoque se considera vital para aumentar el valor de exportación, crear una marca de té vietnamita de alta calidad y ayudar a los cultivadores a mejorar sus ingresos, orientándose hacia un desarrollo sostenible en un contexto de competencia global cada vez más intensa.