La prensa argelina citó el anuncio del Gobierno vietnamita de que el crecimiento económico en el tercer trimestre alcanzó el 8,2 por ciento, el nivel más alto desde 2011, excepto por el sólido período de recuperación tras la pandemia de Covid-19.
En el segundo trimestre del año en curso, el Producto Interno Bruto (PIB) de Vietnam también aumentó un 7,96 por ciento, lo que elevó la tasa de crecimiento promedio en los primeros nueve meses del año al 7,8 por ciento.
Algunos periódicos también citaron al ministro de Finanzas de Vietnam, Nguyen Van Thang, diciendo que esta es "la tasa de crecimiento trimestral más alta en más de una década", lo que refleja la flexibilidad y la resiliencia de la economía frente al impacto de la situación del comercio internacional, incluyendo nuevos aranceles estadounidenses y el impacto de los desastres naturales.
Analistas argelinos destacaron que la capacidad de Vietnam para mantener una alta tasa de crecimiento mientras muchas economías importantes se están desacelerando muestra la estabilidad macroeconómica del país, la atracción de inversión extranjera y la eficacia de las políticas de innovación.
Vietnam aspira a convertirse en un país de ingresos medianos altos para 2030, con un crecimiento esperado que alcance el ocho por ciento en 2025, en comparación con el 7,1 por ciento en 2024.
Según los medios argelinos, la "resiliencia" de la economía de Vietnam es un testimonio de un modelo de desarrollo equilibrado entre la industrialización, la integración internacional y la transformación verde, una valiosa lección para muchas economías en desarrollo en África y la región mediterránea.