Según Vu Duc Giang, presidente de la Asociación de Textiles y de Confección de Vietnam, se estima que el volumen de exportación alcanzará los 46 mil millones de dólares en 2025, un cifra muy positiva en medio de muchas dificultades en el mercado global.
Aunque este resultado es inferior a la meta inicial prevista para 2025 de unos 48 mil millones de dólares, todavía representa un aumento del 5,6 por ciento respecto al año anterior, manteniendo su posición como uno de los "top 3" del mundo, comentó.
El 2025 se considera uno de los años más desafiantes para esta industria vietnamita en las últimas décadas. Las cadenas de suministro globales se ven interrumpida, los costos logísticos aumentan, los requisitos de las marcas internacionales son cada vez más estrictos, y las políticas de compra en muchos mercados importantes cambian rápidamente, lo que obliga a las empresas a adaptarse constantemente.
La industria es impactada por las fluctuaciones económicas globales, las tendencias comerciales proteccionistas y los requisitos cada vez más estrictos respecto al medio ambiente, la mano de obra y la trazabilidad, por lo cual, identificar con precisión los desafíos y desarrollar estrategias de adaptación son requisitos necesarios para mantener la competitividad y lograr un desarrollo sostenible en el futuro, remarcó.
Por su parte, Cao Huu Hieu, director general del Grupo de Textiles y Confecciones de Vietnam (Vinatex), explicó que la industria figura entre las clave de exportación del país, ocupando el tercer lugar en términos de valor de exportación, pero enfrenta muchos desafíos en el contexto de una competencia cada vez más feroz y requisitos estrictos de los principales mercados importadores.
Señaló que las empresas deben cumplir proactivamente con pedidos pequeños con altos requisitos técnicos, plazos de entrega cortos, además de asegurar un suministro nacional confiable de materias primas para la producción.
Actualmente, la industria textil y de la confección de Vietnam depende en gran medida de la importación de materias primas, lo que supone un riesgo significativo para la industria si Estados Unidos impone aranceles a productos con un alto porcentaje de origen de terceros países.
Además, la industria textil y de la confección vietnamita se dedica principalmente a la producción y aún no se ha desarrollado fuertemente en rubros de alto valor agregado, como el diseño, la marca o la distribución.
Desde la perspectiva de los organismos reguladores, Tran Thanh Hai, subjefe del Departamento de Importación y Exportación del Ministerio de Industria y Comercio, destacó el papel de las empresas en la adaptación proactiva.
Significó además que los organismos reguladores seguirán mejorando las políticas y apoyando a las empresas para que aprovechen los acuerdos de libre comercio y mejoren su competitividad.
Lakshmi Poti, directora de Moda de la Fundación Laudes, subrayó que la producción circular ya no son una tendencia a largo plazo, sino una necesidad apremiante en muchos mercados importantes.
Las empresas vietnamitas necesitan integrar el pensamiento circular en sus estrategias de desarrollo lo antes posible si desean participar más activamente en la cadena de valor global, recomendó.
De acuerdo con los especialistas, en el contexto de un entorno empresarial volátil, una estrecha coordinación entre el Gobierno, las asociaciones, las empresas y las organizaciones internacionales será un factor decisivo para ayudar a la industria textil y de la confección de Vietnam a adaptarse y desarrollarse de forma sostenible.
Los principales desafíos que las empresas pueden enfrentar en 2026 incluyen las políticas arancelarias de Estados Unidos; mayores riesgos derivados de las investigaciones y las cadenas de suministro; costos elevados o persistentemente altos; crecientes demandas de digitalización; ecologización; criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG), mano de obra y origen; bajos niveles de autoderterminación en materias primas, tecnología y participación en cadenas de valor; y una competencia cada vez más feroz.
Sin embargo, 2026 también presenta muchas oportunidades para la industria textil y de la confección de Vietnam, derivadas de la demanda mundial sostenida, los cambios en la cadena de suministro, las fuertes reformas y el alto crecimiento en el país.
Para 2030, con un enfoque en el desarrollo sostenible y la economía circular, la industria aspira a una facturación de exportación de 64,5 mil millones de dólares, con una tasa de crecimiento promedio del 6,5-7 por cientp anual, y un tamaño de mercado interno de 8 a 9 mil millones de dólares.
Con el fin de materializar tal objetivo, Vu Duc Giang enfatizó que las empresas deben seguir estando en el centro del proceso de transformación, mientras la estrategia de desarrollo de la industria en el futuro necesita vincularse a la innovación tecnológica, el cumplimiento de los estándares internacionales, la mejora de la calidad de los recursos humanos y el fomento de la cooperación multilateral.
En un entorno global volátil, la industria textil y de la confección de Vietnam necesita adaptarse proactivamente, fortalecer los vínculos y desarrollarse de manera sostenible para mantener su posición en la cadena de suministro global, puntualizó.