Entre 2026 y 2030, Hanói aspira a una combinación de autobuses eléctricos (50 por ciento) y autobuses propulsados por combustibles más limpios como gas natural licuado (GNL) o gas natural comprimido (GNC) (50 por ciento). La inversión financiera estimada para esta transición es de 1,79 mil millones de dólares.
El plan prioriza la electrificación de los autobuses que circulan en las zonas urbanas centrales. Además, se diseñarán nuevas rutas de autobuses centrándose en el uso de vehículos eléctricos y de energía verde.
Para 2030, una parte significativa (70-90 por ciento) de la flota de autobuses diésel existente será reemplazada por autobuses de energía limpia.
Entre 2031 y 2035 todos los autobuses que operen en la ciudad pasarán a ser eléctricos, logrando una flota de autobuses cero emisiones para la urbe.