Los investigadores de la macroeconomía transitaron por diferentes gamas emocionales en 2022. Nunca antes como en los últimos 40 años la economía mundial experimentó tantos altibajos. A partir de los logros alcanzados después de dos años de lucha contra el Covid-19, hemos establecido objetivos de desarrollo socioeconómico con una visión consecuente de "estabilidad macroeconómica, recuperación económica y recuperación económica" a fin de garantizar un crecimiento económico rápido y sostenible", pero después de 55 días de implementación, la situación económica mundial ha registrado numerosos cambios.
El 24 de febrero del año pasado, el estallido del conflicto Rusia-Ucrania hizo que los factores de riesgo aumentaran más allá de lo previsto en el peor de los casos en términos de escala y naturaleza, especialmente en términos de macroeconomía, finanzas-dinero. Muchas políticas y decisiones emitidas por los países no se basan en factores económicos, sino principalmente en decisiones políticas, lo que ralentiza el crecimiento mundial y aumenta el riesgo de recesión. La seguridad alimentaria mundial se ve amenazada al interrumpirse los suministros de trigo, aceite de girasol, fertilizantes...
Pese a ese contexto, la economía vietnamita obtuvo logros impresionantes. El Índice de Precios al Consumidor promedio en los últimos 11 meses fue de 3,02 por ciento. En comparación con el mismo lapso del año pasado, las inversiones extranjeras directas aumentaron 15,1 por ciento. El intercambio comercial registró un alza del 11,8 por ciento. En especial, las exportaciones de los productos agrícolas superaron los 49 mil millones de dólares (dos mil millones de dólares). Por primera vez las ventas de rubros acuícolas al exterior alcanzaron los 10 mil millones de dólares. Los índices de producción industrial y el sector minorista y de servicios también experimentaron crecimientos considerables. La cantidad de empresas nuevas y las que reanudaron operaciones registraron un aumento interanual del 32 por ciento. Esos resultados demuestran el dinamismo del sistema político y los esfuerzos incansables del Gobierno, los sectores y localidades, así como del pueblo y la comunidad empresarial, incluidas las firmas con inversiones extranjeras que operan en el país.
Una de las razones importantes del mencionado éxito es la colaboración activa y oportuna entre la Asamblea Nacional (AN) y el Gobierno. Justo en diciembre de 2021, después de aprobar el Parlamento vietnamita la resolución sobre el desarrollo socioeconómico en 2022, la situación económica mundial evolucionó de manera y afectó la situación nacional. Los precios mundiales del petróleo subieron considerablemente y los países debieron habilitar paquetes de apoyo a la recuperación económica equivalentes a casi el 10 por ciento del Producto Interno Bruto. Esa acción generó una gran presión sobre la competitividad de las empresas vietnamitas. Para superar las los retos, la AN celebró una reunión extraordinaria en la cual aprobó el Programa de recuperación económica de 2022-2023 presentado por el Gobierno, por un valor de casi 350 billones de dongs vietnamitas (16 mil millones de dólares). El paquete de apoyo se centra en fases clave como inyectar capitales adicionales a infraestructura y apoyar a los trabajadores afectados por el Covid-19. Gracias a decisiones oportunas, el Gobierno obtuvo una base legal para mejorar la administración de la economía nacional.
Además, la coordinación entre los organismos gubernamentales logró mayor fluidez bajo la acertada gestión de la jefatura del Gobierno y del primer ministro desde principios de año, con la visión de que la situación macroeconómica empeoraría. Las decisiones monetarias no se tomaron de repente sino con puntos de vista bien definidos, tales como la prioridad de estabilizar la macroeconomía, controlar la inflación, promover el crecimiento económico y asegurar mayores equilibrios de la economía.
La combinación armoniosa entre las políticas fiscales y monetarias y el anuncio de límites de crédito, junto a la exención, aplazamiento de pago y reducción de impuestos como los relativos al valor añadido y a la protección ambiental, contribuyeron a reducir la presión financiera sobre las empresas y las ayudó a ser más proactivas en la producción, los negocios y las inversiones.
La coordinación entre el sector laboral y social con los gobiernos locales en el rápido despliegue de paquetes de apoyo a los trabajadores, adecuados a cada región, propició el accionar de las compañías y la estabilidad social.
Sin embargo, en 2022 surgieron algunos asuntos como la insatisfacción de los ciudadanos con la venta minorista de gasolina. Frente a una situación volátil en el mercado mundial de energía y el fuerte aumento de los precios de los combustibles, el Gobierno vietnamita tomó la iniciativa de reducir oportunamente el impuesto a las importaciones de combustibles. También pidió a la Asamblea Nacional reducir el impuesto ambiental dos veces para controlar la inflación, así como apoyar a personas y empresas. Como resultado, el suministro fue estable, en función del desarrollo de la economía.
No obstante, la coordinación entre los ministerios de Industria y Comercio y de Finanzas en la adecuación de las normas de los precios minoristas del petróleo y la gasolina según los Decretos número 83/2014/ND-CP y 95/2021/ND-CP disminuyó o incluso eliminó la ganancia del sector minorista, lo que llevó a la paradoja de que aun habiendo gasolina almacenada, los ciudadanos tuvieron que hacer colas hasta la medianoche para abastecerse en las estaciones de las empresas controladas por el Estado.
El retraso de la determinación de costo razonable para el comercio de petróleo y gasolina se debió a no establecer las competencias y responsabilidades de los ministerios específicos en este campo, lo que llevó a los citados problemas. El primer ministro solicitó modificar urgentemente los documentos legales pertinentes, en consonancia con el funcionamiento de la economía de mercado en aras de asegurar flexibilidad, iniciativa y eficiencia en la gestión del Estado en los negocios de estos rubros. Esta fue una situación a la que los ministerios debieron anticiparse para hacer propuestas oportunas al Gobierno. Tal omisión fue el mayor obstáculo que disminuyó la operatividad del Gobierno para accionar sobre la macroeconomía. Los os ministerios y los sectores deben sacar experiencias en la coordinación operativa.
Entrando en el Nuevo Año, aunque persisten muchas dificultades, tenemos el derecho de creer que el país y el pueblo vietnamitas, junto al Partido y el Estado, superarán los desafíos y lograrán el objetivo de construir con éxito una nación de "gente rica, país fuerte, justicia social, democracia y civilización".