El Estado ha emitido múltiples políticas de apoyo, como el “Programa Nacional de Transformación Digital hasta 2025, con orientación a 2030”, junto con resoluciones del Buró Político sobre desarrollo científico-tecnológico, innovación y fortalecimiento de la economía privada.
Según el profesor y doctor honorario Nguyen Dinh Thang, vicepresidente de la Asociación de Comunicación Digital de Vietnam, la transformación digital implica integrar tecnología en todos los ámbitos, desde la gestión y las finanzas hasta la producción, el comercio y los servicios al cliente.
No se trata solo de aplicar nuevas herramientas, sino de modificar la mentalidad, la cultura corporativa y los modelos de operación para optimizar procesos, mejorar la eficiencia y la experiencia del consumidor.
Muchas empresas privadas ya adoptan soluciones como la computación en la nube, la inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT). Sin embargo, las pequeñas y medianas enfrentan limitaciones de capital y resistencia al cambio de hábitos laborales.

En un entorno digital complejo, donde crecen los riesgos de ciberataques y pérdida de datos, el profesor Dinh Thang resalta la necesidad de que el Estado invierta en seguridad de la información y promueva la cooperación entre empresas, universidades y organizaciones internacionales para compartir conocimientos, crear redes de apoyo y sensibilizar a la comunidad.
La transición verde, según el doctor Vo Tri Thanh, economista y presidente del Instituto de Estrategias de Marca y Competitividad, constituye una exigencia ineludible que trasciende el compromiso político y responde a los patrones de vida y consumo de la sociedad moderna.
El especialista observa que, pese al superávit comercial, el valor de las exportaciones disminuye; la industria manufacturera muestra cierta recuperación pero aún afronta dificultades; la inversión pública y el capital de inversión extranjera directa (IED) siguen siendo los principales motores, mientras la confianza en la inversión privada se estanca. En este contexto, la agricultura y las exportaciones agroalimentarias se han convertido en pilares de la economía.
La transición verde exige cambios integrales desde la institucionalidad y las políticas hasta las acciones concretas del Gobierno, las empresas y la ciudadanía. Para el sector privado, representa tanto un deber como una oportunidad de negocio, ya que la sociedad demanda productos y procesos de producción “verde”. Las nuevas generaciones urbanas lideran el consumo sostenible, generando presión para que las compañías se adapten./.