En la cita, Minh Chinh subrayó la necesidad urgente de concretar e institucionalizar las directrices del PCV establecidas en esta Resolución, para que las políticas pronto entren en vigor en la vida real.
Indicó que es necesario revisar y centrarse en los temas que más esperan las empresas y las personas, con el fin de crear un nuevo impulso de desarrollo y liberar el potencial productivo.
El jefe del Gobierno afirmó que se deben simplificar los procedimientos administrativos relacionados con el establecimiento de empresas y construir mecanismos que impulsen el desarrollo empresarial, con el fin de generar más empleos y medios de vida para la población.
Además, es necesario garantizar plenamente los derechos de propiedad, la libertad empresarial y la competencia equitativa; así como fortalecer la cooperación público-privada e introducir herramientas para mejorar la supervisión y la inspección en este trabajo, subrayó.
También recalcó la importancia de promover y realizar de manera efectiva la difusión sobre las políticas de desarrollo de la economía privada, conforme a las resoluciones del Buró Político, de la Asamblea Nacional y al programa de acción del Gobierno, para que los ciudadanos, las empresas y las organizaciones puedan comprenderlas e implementarlas eficazmente.
La Resolución No. 68-NQ/TW establece la meta de cara a 2030, Vietnam contará con dos millones de empresas en operación, lo que equivaldría a 20 por cada mil habitantes. Se espera que al menos 20 grandes empresas privadas del país indochino se integren en cadenas de valor globales. El sector privado deberá crecer a una tasa promedio de entre 10 y 12 por ciento anual, por encima del promedio general de la economía.
Se proyecta que contribuya entre el 55 y el 58 por ciento del PIB, genere entre el 35 y el 40 por ciento de los ingresos presupuestarios y cree empleo para entre el 84 y el 85 por ciento de la fuerza laboral. La productividad laboral del sector deberá aumentar entre un 8,5 y un 9,5 por ciento al año.
Asimismo, Vietnam busca posicionarse entre los tres países más avanzados del sudeste asiático y entre los cinco de Asia en términos de tecnología, innovación y transformación digital.
Para 2045, el país espera tener un sector privado fuerte, competitivo y profundamente integrado en la cadena de suministro global, con al menos tres millones de empresas activas, contribuyendo con más del 60 por ciento del PIB nacional.