La perspectiva de crecimiento optimista de Vietnam está contrarrestando la tendencia a la desaceleración en otras partes de Asia, con una inflación relativamente moderada que también constituye una excepción a la regla general en la región, subraya el texto.
La primera mitad de este año, el país del Sudeste Asiático experimentó un rápido repunte económico a medida que las restricciones pandémicas se flexibilizaron luego de la adopción de una estrategia de convivir con Covid-19 y una sólida campaña de vacunación.
Las políticas de apoyo, como tasas de interés bajas, fuerte crecimiento del crédito y el Programa de Desarrollo y Recuperación Socioeconómica del Gobierno, han ido acompañadas de una fuerte producción manufacturera y una recuperación de la actividad minorista y turística, notifica.
Reiteró que el FMI incrementó el pronóstico de crecimiento de Vietnam al siete por ciento este año, elevándolo en un punto porcentual completo con respecto a los tres meses anteriores.
El FMI rebajó además las previsiones para el próximo año en 0,5 puntos porcentuales a 6,7 por ciento, pero eso aún contrasta con las perspectivas decrecientes en otros lugares y sería el ritmo más rápido entre las principales economías de Asia.
Por el contrario, las estimaciones de crecimiento para Asia se redujeron a 4,2 por ciento y 4,6 por ciento para este año y el próximo.
La presión inflacionaria de Vietnam se ha limitado principalmente a algunos bienes como combustibles y servicios relacionados como el transporte. Los consumidores están significativamente protegidos del aumento global en los precios de los alimentos debido a la amplia oferta interna, la caída de los precios de carne de cerdo desde el máximo del año pasado; y del arroz, que sigue siendo más barato que otros granos como el trigo.
Además, los aumentos de precios de los servicios, como la salud y la educación, también han sido muy moderados.
Los precios al consumidor en los primeros siete meses del año aumentaron, pero se mantienen por debajo del objetivo del cuatro por ciento del Banco Estatal para el año. La recuperación tardía de la economía el año pasado ha mantenido la inflación subyacente, que excluye los volátiles costos de los alimentos y la energía, por debajo de sus pares regionales.
La inflación, sin embargo, podría repuntar a medida que la actividad económica vuelva a su máxima velocidad. Los costos más altos de transporte y productos básicos, como fertilizantes y alimentos para animales, también podrían aumentar los precios de una gama general de bienes y servicios, lo que podría generar presión inflacionaria.
La recuperación de Vietnam enfrenta obstáculos debido a la desaceleración del crecimiento mundial desde el 6,1 por ciento del año pasado.
Una mayor incertidumbre sobre el comercio mundial y los mercados financieros podría influir en la recuperación, especialmente si algunas industrias pierden el acceso a los bienes intermedios necesarios debido a nuevas interrupciones en la cadena de suministro. Eso podría reducir la inversión extranjera en Vietnam, ralentizando la producción y el crecimiento tecnológico. Juntos, estos factores significan que los formuladores de políticas deben ser ágiles y realizar cambios oportunos.
Entre las recomendaciones se encuentran el apoyo de la política fiscal a la recuperación, el empeño del Banco Estatal en manejar los préstamos incobrables en el sistema bancario y monitorear de cerca los riesgos potenciales en los mercados inmobiliarios para salvaguardar la estabilidad financiera.
Abordar estos desafíos liberará aún más a Vietnam a su considerable potencial de crecimiento y continuará avanzando en un camino de desarrollo sostenible hacia un estado de ingresos más altos. Es importante destacar que la estrategia de desarrollo del país ya incluye reformas como estas, y su implementación decisiva ayudará a fomentar un crecimiento sostenible, inclusivo y verde.