En su última edición de Asian Development Outlook (ADO) (Perspectivas de desarrollo de Asia), el banco destacó que se prevé que la inversión pública acelerada y las políticas fiscales y monetarias acomodaticias estimulen aún más la demanda interna en medio de los desafíos externos.
A pesar de los graves impactos causados por el tifón Yagi en varias zonas del país, la rápida respuesta del Gobierno y los esfuerzos de recuperación limitaron los daños en el crecimiento, afirmó la institución.
Las previsiones de crecimiento para Asia y el Pacífico se recortaron al 4,9 por ciento en 2024 y al 4,8 por ciento para 2025 debido a las perspectivas de demanda interna más débiles en el sur de Asia.
Mientras tanto, las tasas de inflación de la región se ajustaron a la baja del 2,8 por ciento al 2,7 por ciento en 2024 y del 2,9 por ciento al 2,6 por ciento en 2025, principalmente por el debilitamiento de los precios mundiales de las materias primas y una disminución prevista de los precios del petróleo.
Según el BAD, los cambios significativos en las políticas que promete la administración entrante de Donald Trump podrían afectar las perspectivas a largo plazo de la región. Las nuevas políticas comerciales, fiscales y de inmigración podrían dañar el crecimiento e impulsar la inflación en los países en desarrollo. Sin embargo, el tiempo que lleva implementar las políticas significa que es poco probable que sus efectos se sientan antes de 2026.
Las perspectivas de crecimiento del sudeste asiático para 2024 mejoraron, revisándose al alza del 4,5 por ciento al 4,7 por ciento, impulsadas por el fortalecimiento de las exportaciones manufactureras y el gasto público de capital en una economía más grande. La previsión de crecimiento de la región para 2025 es del 4,7 por ciento.