Un año de resiliencia
2023 se considera un año de “desastre” tanto para la economía mundial como para Vietnam, que enfrentó más riesgos y desafíos que oportunidades. La inflación decreciente pero aún elevada, los altos tipos de interés, las prolongadas y complicadas tensiones geopolíticas, los riesgos financieros crecientes y la presión sobre la seguridad energética y alimentaria han hecho retroceder al comercio, el consumo, la inversión y el crecimiento económico. En eso contexto, la economía vietnamita aún logró una serie de resultados positivos muy valorados por las organizaciones internacionales.
En concreto, en 2023 el Producto Interno Bruto (PIB) de Vietnam creció 5,05 por ciento. La producción agropecuaria y silvícola fue un sólido pilar de la economía. La industria enfrentó varias dificultades, pero consiguió buenos resultados, especialmente en los últimos meses del año.
Además, la recuperación de las actividades comerciales, el consumo y el turismo repercutió positivamente en la economía, especialmente el sector de servicios, que aportó alrededor del 62 por ciento del valor agregado de toda la economía.
Según el economista Andrea Coppola, jefe del Banco Mundial en Vietnam, si tuviera que elegir una palabra para describir la economía vietnamita en 2023, seleccionaría “resiliente”. Destacó que la recesión global ha supuesto un duro golpe para la economía de Vietnam, que es abierta, pero el país mantiene un ritmo de crecimiento con el que sueñan muchas naciones.
La recuperación de la economía de Vietnam se ha visto impulsada por tres factores principales: el aumento de la demanda externa de las exportaciones, los resultados notables del desembolso del capital de inversión pública y la recuperación del consumo privado.
De acuerdo con el doctor Nguyen Bich Lam, ex director general de la Oficina General de Estadísticas de Vietnam, la inversión pública fue una importante fuerza que contribuyó a mejorar la capacidad y la competitividad de la economía en 2023, sentando las bases de un rápido crecimiento rápido. Además, el sector empresarial hizo una gran contribución al positivo panorama económico nacional el año pasado. Esta siempre proactiva, flexible y creativa comunidad sabe cómo superar las dificultades, recuperarse gradualmente y acelerar el cecimiento.
Sin embargo, la economía todavía tiene problemas pendientes, como el declive de algunas esferas de producción principales debido a la reducción de pedidos. En 2023, el sector industrial solo creció 3,02 por ciento, el nivel más bajo en el período 2011-2023.
El comercio exterior cayó 6,6 por ciento el año pasado. Las exportaciones se redujeron 4,4 por ciento en medio del endurecimiento de las políticas monetarias por parte de la mayoría de los países y al descenso de la demanda agregada mundial, lo que provocó una caída de los pedidos.
Entretanto, las nuevas empresas encararon dificultades en el acceso a créditos. El capital registrado total de esas compañías alcanzó los 62 millones 470 mil dólares, lo que supone un decremento del 4,4 por ciento, mientras su capital registrado promedio fue sólo de unos 394 mil dólares, un descenso del 10,8 por ciento.
Una trabajadora de la empresa de textiles 8 de marzo operando la cadena de producción. |
Nuevo impulso para el crecimiento
El 2024 es un año bisagra para la economía vietnamita porque asentará una premisa más nítida para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo socioeconómico en el quinquenio 2021-2025. De esta manera, lograr un crecimiento del PIB del 6,0-6,5 por ciento, tal y como planteó la Asamblea Nacional, exige redoblar los esfuerzos de los organismos competentes desde principios del presente año.
En 2024 la economía nacional enfrenta otros retos como la incertidumbre de la economía global. Las fuerzas internas no se han fomentado con eficacia, mientras el país no ha encontrado nuevas motivaciones para continuar avanzando.Coppola destacó que el contexto internacional seguirá siendo desafiante. Después de la recesión global en 2023, el crecimiento económico mundial sseguirá ralentizándose en 2024, incluso en socios comerciales de Vietnam tan importantes como EE. UU. Además, el aumento del proteccionismo comercial en los últimos tiempos ha tenido un impacto significativo en la integración y el comercio internacional de Vietnam.
Según el doctor Can Van Luc, el mundo en 2024 seguirá enfrentándose a muchas dificultades, con riesgos geopolíticos y guerras en curso. En particular, los recientes conflictos en el Mar Rojo obstaculizan el tráfico y el transporte de bienes y servicios, con el consiguiente aumento de los costes logísticos. Las cuestiones de seguridad alimentaria y energética también son un riesgo latente.
En especial, con respecto a los mercados financieros y monetarios globales, las quiebras bancarias del año pasado han hecho que el sistema bancario se muestre más cauto. Y, por supuesto, habrá regulaciones y supervisión más estrictas, que llevarán el crédito mundial a un nivel más bajo. Las inversiones mundiales también se recuperarán, aunque lentamente. El consumo, especialmente en mercados tan importantes como Estados Unidos y China, seguirá siendo bastante reservado.
En medio de los muchos acontecimientos impredecibles en la economía mundial, los expertos del Banco Mundial recomiendan a Vietnam mejorar su resiliencia a los shocks externos y aprovechar la fortaleza y la productividad interna para apoyar el crecimiento económico. Será una manera para que la nación indochina pueda convertir los desafíos generados por la recesión económica global en oportunidades para seguir reforzando el modelo de crecimiento económico nacional.
Vietnam puede mejorar el crecimiento económico a través de políticas fiscales que aceleren la implementación de proyectos de infraestructura y proyectos transformadores de inversión pública, para promover el crecimiento económico a corto y largo plazo.
Según Nguyen Bich Lam, el crecimiento económico del país en 2024 se basa en cuatro factores clave: la renovación y la garantía de la uniformidad institucional y el entorno jurídico para el desarrollo económico; la promoción del consumo interno; la ejecución rápida y efectiva de la inversión pública, contribuyendo a atraer una mayor inversión no estatal para mejorar la capacidad y la competitividad de la economía; y el impulso a las exportaciones de bienes y servicios.
Por su parte, Can Van Luc comentó que para alcanzar los objetivos fijados para la política monetaria es necesario mantener y aliviar con prudencia y flexibilidad las políticas disponibles, a fin de controlar mejor los riesgos encadenados en los sectores bancario, de valores, de seguros e inmobiliario. Al mismo tiempo, hace falta ser más drástico en la reestructuración de la economía, especialmente de las empresas y las instituciones de crédito débiles, para garantizar una movilización y asignación más eficaces de los recursos.
A pesar de las muchas dificultades, los expertos coinciden en que la economía de Vietnam mantendrá la tendencia al crecimiento. El Banco Mundial pronosticó que el PIB de Vietnam crecerá 5,5 por ciento en 2024 y seis por ciento en 2025.
Recientemente la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings describió de positivas las perspectivas de la economía vietnamita en este y el próximo año.
Las políticas financieras y monetarias en Vietnam han sido muy favorables para la economía, indicó la entidad, por lo cual auguró que el país crecería un 6,3 por ciento este año y un siete por ciento en 2025.
Can Van Luc estimó que en 2024 la economía nacional crecerá entre el seis y el 6,5 por ciento. Los sectores se recuperarán de manera uniforme, como la agricultura, la industria, la construcción y el de servicios. Bajo la influencia de la provisión de liquidez y otros factores, la inflación quedaría bajo control, rondando entre el 3,5 y el cuatro por ciento. Además, se prevé un repunte de las exportaciones, con un posible crecimiento del cinco por ciento.
En aras de cumplir el Plan de Desarrollo socioeconómico 2024, especialmente el objetivo de aumentar el PIB como manera de culminar las metas trazadas en el Plan de Desarrollo socioeconómico en el período 2021-2025, lo cual dotará al país de la posición y la fuerza para avanzar rápido y sosteniblemente en la próxima fase, el Gobierno y las autoridades locales deben esforzarse por solventar los “cuellos de botella” en la producción y la actividad empresarial, además de seguir propiciando el crecimiento.
Especialmente, se aconseja al Gobierno que se mantenga al tanto de los cambios en la economía mundial y hacer ajustes oportunos a las medidas para ayudar al empresariado a vencer las dificultades y estabilizar la producción.