El subtitular dio tal instrucción al presidir este martes una reunión con las autoridades de las provincias afectadas por el tifón, el noveno del año y el más fuerte en lo que va de año.
El 22 de septiembre, la tormenta alcanzó su mayor intensidad en el nivel 17 (202-221km/h) al estar al noreste de Filipinas y se trasladó esta mañana al Mar del Este. Aunque perderá fuerza al acercarse a tierra el 25 de septiembre, se espera que afecte las costas de Quang Ninh a Thanh Hoa con vientos de hasta 9-10, y lluvias intensas de 100-250 mm, con algunas áreas con más de 400 mm.
En la reunión, el viceministro de Agricultura, Nguyen Hoang Hiep, exhortó a las autoridades a implementar medidas de emergencia para garantizar la seguridad de la población y la producción.
Aunque el tifón perderá fuerza, aún representa un peligro significativo, especialmente por los vientos fuertes, tormentas y deslizamientos de tierra. Las provincias deben reforzar las viviendas, podar los árboles y proteger las infraestructuras, dijo.
Tran Hong Ha subrayó la importancia de alertar sobre tornados y monitorear las hidroeléctricas, además de acelerar la cosecha de arroz y frutas para reducir las pérdidas.
Enfatizó que cada tifón implica riesgos excepcionales y debe tratarse con máxima preparación. Las autoridades deben mantener una comunicación continua, preparar procedimientos específicos y movilizar recursos locales rápidamente.
Además, se coordinarán esfuerzos para proteger a los pescadores y las instalaciones de acuicultura. Las provincias deben asegurar el suministro de electricidad, combustibles y medios de comunicación, e implementar soluciones para garantizar la seguridad de los embalses.
El viceprimer ministro también alertó sobre la posibilidad de una nueva depresión tropical o tifón tras el paso de Ragasa, pidiendo medidas de preparación para futuros eventos.