El evento reunió a representantes de empresas globales, redes de innovación y socios internacionales, quienes destacaron el potencial de los UAV y la tecnología aeroespacial en el desarrollo de la economía de baja altitud, fomentando una industria nueva y sostenible, y sirviendo como pilar para la economía digital, ciudades inteligentes y agricultura moderna.
En sus palabras de apertura, Anh Tu enfatizó que el mercado global de la economía de baja altitud ha alcanzado cientos de miles de millones de dólares, creciendo un 30 por ciento anual, y es reconocido por grandes economías como Estados Unidos, China y Europa como una industria estratégica.
Señaló que el “cielo vietnamita” ofrece un espacio de desarrollo sin precedentes, especialmente mientras el delta del Mekong se convierte en la mayor zona de aplicación de UAV del país y en un campo de pruebas para muchas corporaciones internacionales.
Al analizar el potencial de crecimiento de la economía de baja altitud, el funcionario destacó que abre la puerta a un sector completamente nuevo en Vietnam. Más allá de la fabricación de UAV, abarca dispositivos, chips, sensores, plataformas de gestión del tráfico aéreo, mapeo 3D, servicios operativos, seguros, capacitación y aplicaciones en agricultura y otros campos.
Este sector se encuentra en la intersección de las economías digital, verde y del conocimiento, dijo, y agregó que invertir en la economía de baja altitud es invertir en los tres nuevos pilares del desarrollo científico de Vietnam.
Vo Xuan Hoai, subdirector del Centro Nacional de Innovación (NIC), afirmó que la industria aeroespacial y los UAV se encuentran entre las industrias estratégicas mundiales, con el 70 por ciento del mercado de UAV dominado por grandes empresas.
Destacó que esto representa una oportunidad para que Vietnam participe profundamente en la cadena de valor, desde la investigación y fabricación hasta el desarrollo de software, IA y gestión del tráfico aéreo.
También elogió la autosuficiencia tecnológica de las empresas vietnamitas de UAV y subrayó la necesidad de una estrecha coordinación entre el Estado, las empresas, los institutos de investigación y los socios internacionales.
Un paso notable es la reciente propuesta del NIC de establecer el primer espacio aéreo de prueba de UAV en Vietnam, sentando las bases para la comercialización de productos nacionales, señaló Hoai.
Los análisis en el foro destacaron que la economía de baja altitud no solo crea nuevas industrias, sino que también impulsa directamente la productividad económica. En la agricultura, que representa del 12 al 14 por ciento del PIB nacional y emplea hasta al 40 por ciento de la fuerza laboral, los UAV están impulsando un salto en la automatización. Se proyecta que el mercado de robótica agrícola de Vietnam alcance los 400 millones de dólares para 2030.
En logística, dado que se prevé que el comercio electrónico alcance los 63 mil millones de dólares para 2030, se espera que los UAV reduzcan los costos de entrega, especialmente en terrenos difíciles. Las pruebas exitosas en las provincias de Thai Nguyen, Tuyen Quang y Lang Son han mostrado resultados positivos.
Para las ciudades inteligentes, se espera que los UAV se conviertan en herramientas vitales para monitorear el tráfico y la seguridad de la infraestructura, mejorando la capacidad de respuesta ante emergencias.
La economía de baja altitud se refiere a las actividades económicas realizadas por debajo de los 1.000 metros, ampliable hasta los 5.000 metros según las necesidades de cada país. Este sector aprovecha la tecnología de vuelo tripulado y no tripulado y las redes inteligentes de baja altitud para desarrollar infraestructura, fabricar vehículos aéreos, brindar servicios relacionados y garantizar la seguridad de los vuelos. Sus aplicaciones abarcan agricultura, logística, monitoreo ambiental, transporte, medios de comunicación y entretenimiento, explotando el espacio aéreo inferior infrautilizado.