Según las estadísticas del Ministerio de Construcción, el 40 por ciento de la población vive actualmente en áreas urbanas y esa cifra aumentará a casi el 45 por ciento en 2030. Con esta tasa de crecimiento, se necesitan unos 70 millones de metros cuadrados de vivienda adicionales cada año.
Se pronostica que el mercado inmobiliario global se ralentice en 2023, algo que afectará al mercado vietnamita. Sin embargo, de acuerdo con la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Vietnam, el segmento de viviendas sociales y asequibles crecerá porque el gran potencial de desarrollo urbano aún atrae la atención de inversionistas privados.
De hecho, el desarrollador inmobiliario comercial más grande de Vietnam, Vinhomes, tiene previsto desplegar 500 mil viviendas en los próximos cinco años. Otros grupos como Him Lam y Hung Thinh también han planeado desarrollar este segmento en un futuro cercano.
En el contexto de que el número de apartamentos asequibles representa menos del dos por ciento de la oferta total de apartamentos nuevos en Ciudad Ho Chi Minh y Hanoi, la experta Nguyen Thi Cam Tu, de la compañía Vndirect Securities, evaluó que el segmento de vivienda social puede recuperarse gracias a esta oferta y al apoyo de las nuevas políticas del Gobierno.
Sin embargo, a criterio del equipo de investigación de Vndirect Securities, muchos proyectos están retrasados debido a problemas de liquidez. Esto puede hacer que la situación se salga aún más de control, ya que los compradores de vivienda se preocupan y dejan de pagar su hipoteca.
Se espera tener más políticas para apoyar los flujos de capital para el mercado inmobiliario dentro de los próximos seis meses, con prioridad a los proyectos inconclusos para la entrega oportuna a los clientes.
Los analistas dijeron que una serie de documentos emitidos ha abierto un corredor legal para ayudar a las empresas a acceder al capital y restaurar las operaciones, eliminando así gradualmente los cuellos de botella del mercado inmobiliario.
Particularmente para los inmuebles residenciales, el Gobierno se ha comprometido a construir más de un millón de viviendas sociales y para trabajadores para 2030, a fin de satisfacer las necesidades de los hogares de ingresos medios y bajos.
Este hecho crea un motor de crecimiento para las empresas, especialmente las entidades con fondo de suelo adecuado para invertir en la construcción de proyectos de vivienda social.
En tal sentido, la compañía Agribank Securities recomienda que los inversionistas determinen el fondo de las utilidades para realizar el desembolso de capital en el sector de bienes raíces.