El periódico Nhan Dan (Pueblo) presenta a los lectores el texto íntegro de este artículo.
80 AÑOS DE LA FUERZA DE SEGURIDAD PÚBLICA POPULAR DE VIETNAM JUNTO AL PUEBLO EN LA CAUSA DE CONSTRUCCIÓN Y DEFENSA DE LA PATRIA
Luong Cuong, miembro del Buró Político del Partido Comunista y Presidente de la República Socialista de Vietnam
El éxito de la Revolución de Agosto de 1945 dio nacimiento a la República Democrática de Vietnam, abriendo una nueva era en la historia de la nación: la era de la independencia, la libertad y el socialismo. Para proteger los logros de la revolución y construir un Estado del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, el 19 de agosto de 1945 se fundó oficialmente la fuerza de Seguridad Pública Popular de Vietnam. A lo largo de 80 años de construcción, combate y maduración, además de garantizar de manera firme la seguridad y el orden, esta fuerza ha realizado contribuciones muy importantes y efectivas en el trabajo de asesoramiento estratégico al Partido y al Estado en materia de seguridad nacional y orden público, y ha propuesto de manera proactiva numerosas orientaciones, políticas y leyes relevantes, contribuyendo a elevar la capacidad de liderazgo del Partido y la eficacia de la gestión estatal. En particular, en un contexto en el que la situación mundial y regional evoluciona de manera rápida y compleja, el Ministerio de Seguridad Pública ha coordinado activa y estrechamente con los Ministerios y sectores tanto a nivel central como local en la construcción de una sólida seguridad popular, vinculada a la defensa nacional de todo el pueblo. La articulación entre la estrategia de seguridad popular y la defensa de todo el pueblo, junto con la “postura combativa basada en el apoyo de las masas”, ha contribuido de manera trascendental, junto a todo el Partido, el pueblo y el ejército, al exitoso cumplimiento de todas las tareas.

Desde los primeros días, cuando el Gobierno revolucionario aún era joven y debía enfrentar innumerables dificultades y desafíos con “enemigos internos y externos”, la situación era de “mil kilos colgando de un solo hilo”. En ese contexto crítico, la fuerza de Seguridad Pública Popular se unió hombro con hombro con el Ejército Popular, apoyándose en el pueblo, para proteger con éxito la ceremonia de proclamación de la Independencia el 2 de septiembre de 1945 y las primeras elecciones generales a la Asamblea Nacional el 6 de enero de 1946, dos acontecimientos políticos trascendentales que Reafirmaron la soberanía nacional y sentaron las bases del nuevo sistema democrático. Estos fueron los primeros éxitos en la gloriosa historia de este cuerpo. Dando continuidad a esas victorias, logró descubrir, reprimir y desmantelar a tiempo numerosas organizaciones reaccionarias. Entre estos casos figura la operación de desarticulación de la organización contrarrevolucionaria en el número 7 de la calle On Nhu Hau (hoy calle Nguyen Gia Thieu, Hanói), donde se ocuparon y tomaron el control de 40 sedes del Partido Nacionalista, se arrestó a un centenar de elementos reaccionarios y se frustró el complot golpista de derrocar al Gobierno, urdido por la alianza contrarrevolucionaria entre dicho partido y el colonialismo francés.

En las zonas liberadas y en las bases revolucionarias, la fuerza de seguridad pública coordinó estrechamente con el Ejército, con los organismos competentes y con la población, permaneciendo junto al pueblo, confiando en él y movilizándolo para llevar a cabo movimientos como “Tres no” y “Cinco hogares vinculados en garantía”, entre otros, creando un sólido frente de seguridad popular que garantizó la absoluta protección de los órganos clave del Partido y del Gobierno, de las bases de resistencia y de las campañas militares más importantes. Al mismo tiempo, esta fuerza combatió directamente en las zonas temporalmente ocupadas por el enemigo, destruyendo su aparato administrativo, eliminando traidores y represores, y desintegrando progresivamente el sistema de dominación colonial. Estas acciones facilitaron los levantamientos populares y, junto con todo el Partido, el pueblo y el ejército, contribuyeron decisivamente a las victorias alcanzadas durante los nueve años de resistencia contra la invasión colonial francesa, cuyo punto culminante fue la histórica campaña de Dien Bien Phu, que “resonó en los cinco continentes y sacudió el mundo”.
Durante la resistencia contra la agresión estadounidense por la liberación nacional, la fuerza de Seguridad Pública Popular continuó logrando hazañas sobresalientes, tanto en el frente del Sur como en la defensa de la gran retaguardia socialista del Norte. En el Norte, aplicó múltiples métodos y formas de lucha, impulsando ampliamente en las masas movimientos como “Proteger el secreto y prevenir la traición”, “Proteger el orden público”, “Prevenir la infiltración, los incendios y los accidentes”, entre otros. Gracias a ello, se logró prevenir, detectar y desmantelar a tiempo redes de espionaje infiltradas, capturando centenares de grupos con miles de espías y comandos enemigos, además de contener de manera oportuna a organizaciones reaccionarias incipientes. Estas acciones contribuyeron significativamente a frustrar la guerra psicológica y la guerra de sabotaje del enemigo. En el campo de batalla del Sur, la fuerza desarrolló al máximo el espíritu de iniciativa, creatividad, autosuficiencia y resiliencia, apoyándose firmemente en el pueblo, coordinando estrechamente con los movimientos populares y con las fuerzas armadas revolucionarias. De esta forma, lanzó ataques continuos contra el enemigo en todos los frentes de montañas, llanuras, zonas rurales y ciudades, eliminando a represores, destruyendo el aparato de control del enemigo, desmantelando aldeas estratégicas y campamentos de concentración contribuyendo así a derrotar los planes de “búsqueda, destrucción y pacificación” de Estados Unidos y sus aliados. De manera especial, participó junto al Ejército y el pueblo del Sur en los ataques y levantamientos simultáneos de la Ofensiva General de Primavera de 1968, en la ofensiva estratégica de 1972 y, en el punto culminante, en la histórica campaña Ho Chi Minh de 1975, que liberó completamente el Sur y logró la reunificación nacional.
Después del 30 de abril de 1975, la fuerza de Seguridad Pública Popular en todo el país entró en una nueva batalla con un nuevo espíritu y con la gloriosa experiencia acumulada, aunque también enfrentó numerosas dificultades, privaciones y sacrificios. Bajo la dirección absoluta y directa en todos los aspectos del Partido, así como la gestión centralizada y unificada del Estado, lanzó el movimiento de masas “El pueblo protege la seguridad de la Patria”. Junto con el Ejército Popular, las autoridades de todos los niveles, los sectores y la población, participó activamente en la consolidación y construcción del Gobierno revolucionario en las zonas recién liberadas, en la organización de la gestión y la rehabilitación de soldados y funcionarios del antiguo régimen, así como en la persecución de los remanentes de las tropas enemigas. Su hazaña ejemplar, de gran significado político y social en este período, fue la exitosa lucha en la Operación con código KHCM 12, que desmanteló por completo el complot y las actividades de la organización contrarrevolucionaria denominada “Frente Unido de Fuerzas Patrióticas para la Liberación de Vietnam”, encabezada por Le Quoc Tuy y Mai Van Hanh, la cual contaba con el apoyo y la financiación de fuerzas hostiles y reaccionarias internacionales con el objetivo de derrocar al Gobierno popular.

Al entrar en el período de renovación (desde 1986 hasta la actualidad), la fuerza de Seguridad Pública Popular, junto con el Ejército Popular, las autoridades y los sectores a todos los niveles, ha defendido firmemente la independencia, la soberanía y la integridad territorial, garantizando la seguridad nacional, el orden y la seguridad social. Ha desempeñado plenamente su papel central en la construcción de la seguridad popular, consolidando un sólido frente de seguridad del pueblo vinculado con la defensa nacional de todo el pueblo, el frente de defensa general y la “postura combativa basada en el apoyo de las masas”, movilizando la fuerza de todo el sistema político y de la ciudadanía en la tarea de garantizar la seguridad y el orden. Con el apoyo del pueblo, la estrecha coordinación del Ejército Popular y la colaboración de los Ministerios, sectores y autoridades tanto centrales como locales, ha abordado de manera eficaz numerosos problemas de seguridad desde la base, de forma preventiva y temprana.
Al mismo tiempo, ha cumplido con éxito su función de asesoramiento estratégico al Partido y al Estado en la misión de proteger la seguridad nacional y garantizar el orden y la seguridad social; ha protegido absolutamente las actividades de los dirigentes del Partido y del Estado, así como eventos políticos, culturales, sociales y diplomáticos de especial importancia, además de instalaciones y objetivos clave del país. La lucha contra la corrupción, el despilfarro y las conductas negativas se ha llevado a cabo de forma decidida y meticulosa, con el procesamiento de grandes casos que han tenido un fuerte efecto disuasorio, de advertencia y educativo. Asimismo, se han investigado y desmantelado numerosas redes y organizaciones criminales de gran escala y transnacionales que causaban preocupación e inseguridad en la sociedad, lo cual ha sido ampliamente reconocido y valorado por la población.
Siendo ejemplo en la construcción y rectificación del Partido, toda la fuerza ha mostrado unidad y una firme determinación, encabezando la implementación de la reorganización y racionalización de su estructura, eliminando niveles intermedios, sin mantener la organización policial a nivel de distrito, y concentrando los esfuerzos en consolidar una policía comunal sólida, cercana a la base. Asimismo, ha estado al frente en el proceso de transformación digital en todo el país; ha revisado, reducido y simplificado de manera proactiva los trámites administrativos, implementando servicios públicos en línea esenciales y urgentes para facilitar a la población. Con el espíritu de “donde el pueblo necesite, donde el pueblo tenga dificultades, allí está la fuerza de Seguridad Pública”, además de cumplir eficazmente con su misión de garantizar la seguridad y el orden, y de luchar contra la delincuencia, este cuerpo, junto con el Ejército Popular y el sector de la salud, siempre se ha mantenido en la primera línea en la prevención y el control de epidemias. Asimismo, ha participado activamente en la superación de las consecuencias de desastres naturales, tifones e inundaciones, así como en labores de rescate y salvamento, siendo reconocida y valorada por el Partido, el Estado y el pueblo, convirtiéndose verdaderamente en un “punto de apoyo para la tranquilidad de la ciudadanía”.

En el último tiempo, en cumplimiento del Programa nacional de objetivos sobre la reducción sostenible de la pobreza y en respuesta al movimiento “Todo el país unido por los pobres – Que nadie se quede atrás”, el Ministerio de Seguridad Pública ha actuado de manera proactiva y activa, en coordinación con los Ministerios, sectores y localidades para implementar programas de construcción de viviendas destinadas a familias con méritos revolucionarios, familias beneficiarias de políticas sociales, comunidades de minorías étnicas, hogares pobres y casi pobres, así como personas afectadas por desastres naturales e inundaciones. Al mismo tiempo, ha movilizado recursos para contribuir significativamente al cumplimiento del objetivo de eliminar las viviendas temporales y deterioradas en todo el país.
En el período comprendido desde 2019 hasta la actualidad, el Ministerio de Seguridad Pública ha encabezado campañas de movilización y coordinado con las localidades la construcción de más de 29 mil 100 viviendas, con un presupuesto superior a mil 450 mil millones de dongs, además de numerosas escuelas, centros educativos y hospitales en las regiones del Noroeste, Altiplanicie Occidental y Suroeste. Estas acciones han contribuido a garantizar el bienestar social, impulsar el desarrollo económico y mantener la estabilidad en materia de seguridad y orden en estas zonas estratégicas.
A lo largo de 80 años de construcción, combate y maduración, la fuerza de la Seguridad Pública Popular siempre ha sido absolutamente leal a la Patria, al Partido, al Estado y al pueblo; ha mantenido en alto el espíritu de dedicación y la disposición a sacrificarse por el país, tomando como objetivo supremo los intereses de la nación y de la ciudadanía. Con esa convicción, ha estado siempre lista para entregar todas sus fuerzas, su inteligencia e incluso su vida a la causa de la liberación nacional, la construcción y defensa de Vietnam, así como al pleno cumplimiento de las nobles obligaciones internacionales.
En las luchas por la liberación nacional y la defensa de la Patria, cerca de 15 mil oficiales y combatientes de esta fuerza cayeron heroicamente, más de cinco mil ofrecieron su sangre y cientos fueron capturados, encarcelados y brutalmente torturados por el enemigo. Entre ellos surgieron ejemplos inmortales que dejaron profunda admiración y orgullo en el pueblo, como los héroes y mártires Vo Thi Sau, Nguyen Thi Loi, Bui Thi Cuc y Tran Van Hoang, entre muchos otros.
Hoy, aunque el país vive en paz y reunificación, en el frente diario de la seguridad y el orden público, los oficiales y policías siguen llenos de entusiasmo por servir y dispuestos a sacrificarse para que la vida del pueblo sea tranquila y feliz. Miles de ejemplos de policías que han caído heroicamente en la lucha contra la delincuencia y en la protección de la ciudadanía se han convertido en un noble símbolo del heroísmo revolucionario en la era Ho Chi Minh, reafirmando la gloriosa tradición de “olvidarse de sí por la nación, servir al pueblo”. En reconocimiento a sus contribuciones y méritos extraordinarios, la fuerza de Seguridad Pública ha sido condecorada en cinco ocasiones con la Orden de la Estrella de Oro, junto con muchos otros premios otorgados por el Partido, el Estado y también por amigos internacionales.
Nuestro país está entrando en una nueva era, la del desarrollo próspero, fuerte y feliz del pueblo vietnamita, con la firme determinación de cumplir con éxito los dos objetivos estratégicos de los 100 años de la creación del Partido Comunista y de los 100 años de la fundación de la nación, con la aspiración de que, para el año 2045, Vietnam se convierta en un país desarrollado de altos ingresos. Junto a las oportunidades y ventajas, aún persisten numerosas dificultades y desafíos; las cuatro amenazas señaladas por nuestro Partido siguen presentes y no pueden subestimarse. Los problemas de seguridad no tradicionales y los desafíos globales como desastres naturales, epidemias y seguridad humana continúan desarrollándose de manera compleja. Las fuerzas hostiles y reaccionarias acometen complots y actividades de “evolución pacífica” y de “disturbios y derrocamiento”, con el propósito de eliminar el papel de liderazgo del Partido, acabar con el sistema socialista en Vietnam y “despolitizar” a las fuerzas armadas populares. Al mismo tiempo, las actividades de los elementos opositores internos y de diversos tipos de delincuencia evolucionan con gran complejidad, lo que plantea a esta fuerza nuevas y más arduas exigencias y misiones.
Promoviendo la gloriosa tradición forjada a lo largo de 80 años de construcción, lucha y maduración, y con plena conciencia de los objetivos, exigencias y tareas de garantizar la seguridad y el orden, así como de construir y defender la Patria en la nueva situación, la fuerza de Seguridad Popular debe continuar coordinándose de manera proactiva y estrecha con todos los niveles y sectores, concentrándose en implementar de manera eficaz algunas tareas fundamentales siguientes:
En primer lugar, mantener con firmeza y determinación la dirección absoluta y directa en todos los aspectos del Partido, la autoridad suprema del Presidente de la República y la gestión unificada del Gobierno sobre la fuerza de Seguridad Pública Popular. En cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia, debe ser la fuerza absolutamente leal y confiable del Partido, del Estado y del pueblo; esforzarse sin cesar en estudiar y seguir el pensamiento, la ética y el estilo de Ho Chi Minh, en particular asimilar y cumplir con rigor sus seis enseñanzas, considerándolas una práctica cotidiana, un modo de vida, de pensamiento y de acción para cada cuadro y soldado. Actuar con iniciativa, proactividad y seriedad en la comprensión, concreción y aplicación eficaz de todas las orientaciones y directrices del Partido, así como de las políticas y leyes del Estado dentro de la fuerza; contribuyendo directamente a la construcción y perfeccionamiento de las instituciones y la legislación en materia de seguridad y orden; fortaleciendo las relaciones exteriores y la cooperación internacional; impulsando avances en ciencia y tecnología, la innovación y la transformación digital nacional, creando impulso y una base sólida para cumplir con éxito las tareas políticas del mandato del XIV Congreso Nacional del Partido y alcanzar de manera exitosa los dos objetivos de los 100 años de desarrollo del país.

En segundo lugar, en el contexto de la revolución de simplificación del aparato del sistema político para que funcione con mayor eficacia, eficiencia y cercanía al pueblo, se exige que la fuerza de Seguridad Pública Popular adopte un pensamiento nuevo y una visión renovada dentro del nuevo espacio de desarrollo del país; no solo un pensamiento innovador en materia de seguridad y orden, sino también en relación con la aspiración de superación y progreso de la nación. En este marco, su misión particularmente importante es contribuir a construir y mantener un entorno pacífico, estable, seguro y sano, que siente las bases para el desarrollo nacional. Por ello, debe continuar elevando la calidad del trabajo de previsión estratégica, comprendiendo de manera integral y profunda la situación, a fin de asesorar de manera oportuna y proactiva al Partido, al Estado, a los comités partidista y a las autoridades de todos los niveles sobre directrices y medidas destinadas a proteger los intereses de la nación y el pueblo, la seguridad nacional, el orden y la seguridad social. Al mismo tiempo, debe actuar con iniciativa en la lucha para frustrar las conspiraciones y actividades de “evolución pacífica” y “subversión violenta” de las fuerzas hostiles, evitando así quedar en posición pasiva o de sorpresa en cualquier circunstancia. En lo inmediato, corresponde concentrarse en garantizar de manera absoluta la seguridad de las actividades y conmemoraciones del 80.º aniversario de la Revolución de Agosto y el Día Nacional; de las asambleas partidistas en todos los niveles, rumbo al XIV Congreso Nacional del Partido; así como de las elecciones de los diputados de la Asamblea Nacional de la XVI Legislatura y de los Consejos Populares en todos los niveles para el mandato 2026-2031.
En tercer lugar, concentrarse en la construcción de una fuerza de seguridad pública revolucionaria, regular, de élite y moderna, que responda a las exigencias y tareas del nuevo período; continuar consolidando una organización estructural compacta, que funcione con eficacia y eficiencia, con mecanismos claros de coordinación, asignación de responsabilidades y descentralización de la gestión, vinculando estrechamente la autoridad con la responsabilidad y ejerciendo un estricto control del poder en el trabajo de personal, combatiendo el soborno para obtener cargos y poder. También debe implementar de manera integral soluciones para edificar organizaciones partidistas íntegras y sólidas, así como un contingente de cuadros con cualidades, capacidades y prestigio a la altura de las tareas. Los cuadros y oficiales deben poseer tanto virtud como talento, ser verdaderamente íntegros y comprometidos, actuando “por el Partido y por el Pueblo”. Es necesario seguir reforzando la disciplina y el orden. Esta fuerza no solo debe luchar valerosamente contra lo malo y lo erróneo en la sociedad, sino también ser resuelta en purificarse a sí misma; practicar con regularidad la autocrítica y la crítica, prevenir con iniciativa, detectar oportunamente y sancionar con severidad a los cuadros y oficiales que violen la ley o las normas disciplinarias, que presenten signos de degradación o “autotransformación”, así como actitudes de burocratismo o indiferencia ante las dificultades, preocupaciones y demandas legítimas del pueblo. Al mismo tiempo, ha de continuar materializando de manera drástica, integral y eficaz la Resolución Nº 12-NQ/TW del Buró Político, del 16 de marzo de 2022, sobre la intensificación de la construcción de una fuerza de seguridad pública verdaderamente íntegra, sólida, regular, de élite y moderna, que responda a los requerimientos y misiones en la nueva coyuntura.
En cuarto lugar, debe cultivarse y entrenarse constantemente, asimilar y aplicar con rigor las enseñanzas de nuestro querido Presidente Ho Chi Minh: “Ser policía significa lograr que el pueblo confíe, ame y apoye. Solo al apoyarse en el pueblo la fuerza de seguridad pública puede cumplir bien su misión. El pueblo tiene millones de ojos y oídos, por lo que al enemigo le será difícil ocultarse”; “Cuando el pueblo nos ayuda mucho, tenemos gran éxito; cuando nos ayuda poco, tenemos poco éxito; cuando nos ayuda plenamente, alcanzamos la victoria completa”. Es preciso comprender profundamente estas enseñanzas y esforzarse al máximo, fomentando el espíritu de atreverse a pensar, actuar y asumir responsabilidades, innovando en el estilo y modo de trabajo para estar realmente cerca del pueblo, conocerlo y comprenderlo, ser ejemplo ante él, escuchar con frecuencia y acoger sus opiniones y críticas. De este modo, se logrará que el pueblo confíe cada vez más en la policía y colabore más con ella; se consolidará el “frente de la voluntad del pueblo” y el “frente de seguridad popular” de manera sólida. En particular, se debe otorgar gran importancia al trabajo de movilización social, para que el movimiento “Todo el pueblo protege la seguridad de la Patria” sea verdaderamente una causa de todo el pueblo; y seguir guiando, construyendo y multiplicando modelos y ejemplos avanzados, creando condiciones favorables para que la ciudadanía participe de manera más activa en el cumplimiento de las tareas de salvaguarda de la seguridad y el orden en la base.
En quinto lugar, hace falta coordinar de manera proactiva con las fuerzas competentes pertinentes para establecer mecanismos que movilicen la fuerza del pueblo, tanto en el país como en el extranjero, en la participación temprana y preventiva en la defensa de la seguridad nacional. La fuerza de seguridad pública debe desempeñar su papel central en la asesoría para la promulgación de mecanismos y políticas que apoyen y respalden a los connacionales residentes en el exterior, a fin de que estabilicen sus vidas, preserven y promuevan la identidad cultural nacional, mantengan el vínculo con la Patria y contribuyan activamente a la construcción de un país próspero, democrático, justo y civilizado, que esté a la altura de las grandes potencias de los cinco continentes, tal como siempre anheló el Presidente Ho Chi Minh.
El Partido, el Estado y el pueblo siempre desean, esperan y confían en que la fuerza de la Seguridad Pública Popular continúe promoviendo su gloriosa tradición heroica, manteniendo en alto el espíritu de “sacrificarse por la Patria, servir al pueblo”, construyendo un cuerpo verdaderamente íntegro, fuerte, regular, de élite y moderno, que sea siempre la “espada afilada” capaz de cumplir con excelencia todas las tareas encomendadas por el Partido, el Estado y el pueblo, contribuyendo de manera digna a la causa de edificar y defender firmemente la Patria socialista de Vietnam en la nueva etapa.