La comuna de Hop Tien se conoce como la cuna de la tejeduría, la cual se ha conservado y promocionado de generación en generación.
"La artesana de mayor edad de la cooperativa ya tiene 103 años, mientras que la más joven tiene sólo 13 años. En particular, adoptamos a varios niños huérfanos, a quienes infundimos también el amor y pasión por este oficio", informó Vang Thi Mai, jefa de la cooperativa de Lanh Lung Tam.
El proceso de elaboración del lino para llegar al producto final cuenta con más de 40 etapas, desde el trabajo de las fibras de algodón, el hilado y el tejido de los hilos, hasta la elaboración de la tela y, por último, la confección de las ropas.
Estos trabajos requieren la diligencia, meticulosa labor y habilidad de las mujeres de esta etnia, además de sus secretos especiales, por sus años de experiencia.
Los productos elaborados a mano, tanto en el pasado como en el presente, se han asociado estrechamente con los hábitos y costumbres de la mayoría de los grupos étnicos vietnamitas. Son artículos de primera necesidad, y se usan mucho en los matrimonios.
Según la tradición, son las mujeres las que se encargan de la indumentaria familiar, por eso enseñan a sus hijas a tejer tela, y confeccionar ropas desde muy pequeñas.
Lam Tien Manh, vicedirector del Servicio de Cultura y Turismo de Ha Giang, reveló que su entidad continúa coordinando en el futuro con las agencias competentes, en aras de aumentar la divulgación, así como los programas de preservación de la identidad de las etnias minoritarias en la localidad, en particular y el oficio de tejido, en particular.
Los productos de brocado de Lung Tam se destacan por sus peculiaridades, como la calidad de lino, obtenido de materias naturales, así como patrones y dibujos muy característicos de esta tierra montañosa.
