Las libélulas son un motivo habitual en la vida de los niños, ya sea en libros o en la vida cotidiana. Por eso, las libélulas de bambú son juguetes sencillos y familiares para los menores.
Nguyen Van Tai (en la foto), propietario de la planta de producción de libélulas de bambú de Tai Tan, es el primero en llevar sus obras a la localidad.
Elaborar libélulas de bambú requiere meticulosidad.
Todas las etapas exigen cuidado, prolijidad, perseverancia y precisión milimétrica.
“Lo importante es ser meticuloso y perseverante para crear libélulas y pájaros equilibrados y precisos”, destacó Tai.
Pasos como la preparación del bambú, la fabricación de las alas y el cuerpo, se realizan a mano, con herramientas sencillas.
El artesano comprueba el equilibrio del producto y lo seca antes de decorarlo y pintarlo.
Pintar las libélulas también implica habilidad y meticulosidad para que las piezas exhiban colores y diseños hermosos.
Los motivos de los productos se inspiran en las aldeas rurales vietnamitas y son imágenes sencillas y familiares que se combinan con colores brillantes.
El artesano realiza al paso final: decorarlas con patrones más llamativos.
Cada artesano puede completar entre 200 y 300 productos al día, dependiendo del tamaño y el diseño.
Los productos decorativos de gran tamaño se utilizan a menudo para colgar y decorar jardines e interiores.
Además de ser juguetes infantiles atractivos, las libélulas de bambú se comercializan en destinos turísticos para que los visitantes extranjeros las lleven a sus familias como recuerdos.
Pavos reales, libélulas y tortugas de bambú a la venta en la Reliquia Nacional Especial de la pagoda Tay Phuong.
Las libélulas y los pájaros de bambú siempre despiertan la curiosidad de los niños.