Cuenta la historia que, durante la dinastía Nguyen, cada año los aldeanos debían entregar al palacio unas 400 ollas de barro. La corte también estipulaba que nadie en la aldea podía conservar el mismo tipo de ollas, sino que tenían que hacerlas diferentes, o se recibiría un severo castigo. Dos veces al año, los pobladores tomaban barcos para llegar a la Ciudadela Imperial. El viaje comenzaba a lo largo del río O Lau hasta la laguna de Tam Giang, y continuaba por el río Perfume.
La olla de barro es un objeto común, utilizado antaño para cocinar arroz, estofado de carne, pescado... Sin embargo, la de la aldea de Phuoc Tich es especial, por lo que fue elegida como utensilio real. Esta vasija tiene un cuerpo grueso de color marrón oscuro, emite un sonido agudo cuando se golpea y tiene forma de calabaza, con un asa en la parte superior. Debido a que era un artículo elegido para el uso del rey, se llamó olla de jade.
Phuoc Tich está situada a orillas del río O Lau, a unos 40 kilómetros al norte del centro de la ciudad de Hue, y anteriormente era conocida como Ke Dooc. Se dice que el pueblo alfarero existe desde hace más de 500 años. Durante la dinastía Nguyen, fue un importante centro de producción de cerámica en la entonces capital y sus productos estaban presentes en todas las provincias centrales.
Los ancianos de la aldea señalan que la alfarería se desarrolló con mucha fuerza allí desde antes, entre los siglos XVII y XVIII, época en que existían más de una docena de fábricas cercanas a los muelles del río O Lau. Los hornos ardían todo el día; comerciantes de todas partes venían a comprar y vender, trayendo riqueza y fama a la gente, por lo que existían muchas casas comunales grandes y majestuosas, que aún hoy perviven.
Mientras que en otros lugares las piezas suelen cocerse en un horno vertical, en Phuoc Tich se utiliza uno plano, a menudo llamado “horno de sapo” debido a su forma. La estructura está construida sólidamente de tierra, con unos 30 metros de largo y un techo de paja.
Las cerámicas del lugar están hechas de arcilla extraída del O Lau y son cocidas con mucho cuidado, según los métodos tradicionales. El fuego del horno está permanentemente encendido, gracias a lo cual los productos salen sin agrietarse ni quebrarse. Las piezas son hermosas gracias a su apariencia rústica y natural. Sus núcleos son tan gruesos y sólidos como la porcelana. El exterior no está esmaltado, pero el color natural de la cerámica es de un fuerte marrón oscuro que parece estar barnizado.
Con el tiempo, la cerámica de la aldea cayó en un período de olvido. En los últimos años, debido a la política de restauración, preservación y desarrollo de la artesanía tradicional de la provincia de Thua Thien Hue, las actividades turísticas han ido creciendo, especialmente gracias a los festivales anuales de Hue y de Artesanías Tradicionales, por lo que la alfarería de Phuoc Tich tiene la oportunidad de revivir y desarrollarse.
Hoy en día, al llegar al sitio, además de descubrir la belleza de uno de los pueblos antiguos más famosos de Vietnam, los visitantes también tienen la oportunidad de aprender y experimentar muchas cosas interesantes sobre la historia y las añejas técnicas alfareras de los aldeanos. El artesano Luong Thanh Hien, que está comprometido con el trabajo de preservar y desarrollar el oficio de la aldea y posee el mayor taller de alfarería del lugar, compartió: “Sé que continuar con la alfarería que dejaron mis antepasados resulta muy difícil para mantener a mi familia en los tiempos actuales, pero si la dejo, cometeré un pecado contra mis difuntos. Me apasiona la profesión y encuentro formas de desarrollarla para preservar el antiguo oficio y ayudar a los jóvenes del pueblo a aprenderlo”.