Uno de los principales desafíos es que, este año, Estados Unidos podría implementar políticas de proteccionismo económico más estrictas. Actualmente, Vietnam es el octavo socio comercial más grande y el cuarto mercado de exportación del país norteamericano dentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), mientras que Estados Unidos es el segundo socio comercial y el mayor receptor de productos vietnamitas.
En particular, más del 50 por ciento del valor total de las exportaciones vietnamitas de madera y sus productos derivados se dirige al país nortemaericano. Por lo tanto, estos cambios plantearán grandes desafíos, obligando a la industria maderera vietnamita a competir directamente con productos locales estadounidenses y bienes de otros países.
La Unión Europea (UE), un mercado importante con un crecimiento de dos dígitos para la industria maderera, también está adoptando políticas comerciales desfavorables. Un ejemplo es el Reglamento sobre Deforestación (EUDR), cuya entrada en vigor se ha pospuesto hasta finales de 2025.
La Asociación de Productos Forestales y de Madera de Vietnam (VIFOREST) ha señalado que, frente a las nuevas dinámicas de los mercados de exportación, las oportunidades y los desafíos van de la mano. El aplazamiento de la implementación del EUDR por parte de la UE (hasta el 30 de diciembre de 2025 para grandes empresas y el 30 de junio de 2026 para pequeñas y medianas empresas) ofrece a las compañías vietnamitas más tiempo para prepararse, lo que representa una ventaja significativa en el contexto actual.
Además, las políticas de Washington y la tendencia hacia el consumo verde en los mercados más grandes abren nuevas oportunidades para las empresas exportadoras de productos forestales, siempre que logren satisfacer la creciente demanda de materiales de construcción y muebles sostenibles.
En estos momentos, Vietnam explota entre 22 millones y 23 millones de m³ de madera de plantaciones forestales al año, con más de 500 mil hectáreas de bosques certificados como sostenibles. La industria forestal tiene como meta alcanzar un millón de hectáreas de bosques plantados con certificación sostenible para 2030.
Ngo Sy Hoai, vicepresidente y secretario general de VIFOREST, destacó que la competitividad es crucial para la supervivencia de las empresas. Las políticas que promueven las certificaciones forestales sostenibles se están reforzando para garantizar la transparencia en la cadena de suministro. El Gobierno, en colaboración con organizaciones internacionales, está implementando tecnologías avanzadas de trazabilidad que permiten un monitoreo integral desde la extracción hasta el consumo.
Los esfuerzos conjuntos de las empresas, las autoridades y el Gobierno no solo incrementan el valor de los productos forestales exportados, sino que también refuerzan su competitividad en el mercado internacional. En consecuencia, las empresas deben cumplir con los requisitos de los mercados importadores en cuanto a origen legal, diseño atractivo y precios competitivos, además de invertir en transformación digital y sistemas de trazabilidad transparentes para cumplir con las normativas internacionales.