La victoria de la revolución se basó en la capacidad de movilizar la fuerza de todo el pueblo, en la solidaridad inquebrantable y en la creatividad en los métodos de lucha que transformaron la adversidad en oportunidad, afirmó el vicejefe de Estado en una entrevista a la Agencia Vietnamita de Noticias en América Latina, con motivo del 80º aniversario de la Revolución de Agosto (19 de agosto) y del Día Nacional de Vietnam (2 de septiembre).
Al recordar el otoño de 1945, un hito que cambió el destino de la nación vietnamita, enfatizó que este evento no solo marcó el nacimiento de la primera nación independiente del Sudeste Asiático, sino que también encendió la voluntad y la fe de otros pueblos que luchaban por su libertad en Asia, África y América Latina.
En particular, subrayó que para el pueblo de El Salvador y para los pueblos amantes de la paz en todo el mundo, la figura del Presidente Ho Chi Minh permanece como un símbolo inmortal de fe, voluntad y resiliencia. Precisamente ese espíritu inspiró a millones de vietnamitas a superar el hambre, las bombas y las dificultades, convirtiendo la adversidad en fortaleza para lograr la victoria en sus guerras de resistencia.
También destacó el espíritu de independencia y autodeterminación del pueblo vietnamita, denominándolo el “espíritu de Dien Bien Phu”, la fuerza que permitió la victoria sobre el colonialismo francés y que luego se mantuvo con un coraje firme durante la guerra de resistencia contra el imperialismo estadounidense.
Señaló que lo que más admira es que el pueblo vietnamita siempre busca soluciones de manera proactiva para el presente, en lugar de culpar al pasado o trasladar responsabilidades a otros. “Es una forma de actuar profundamente humanista”, afirmó. Incluso durante los largos años de bloqueo y embargo, Vietnam se apoyó persistentemente en la fuerza de su pueblo, convirtiendo los desafíos en oportunidades y emprendiendo luego de manera constante el camino del “Doi moi” (Renovación) en 1986, lo que ha llevado a una integración cada vez más profunda en la arena internacional.
Desde una perspectiva internacional, el líder salvadoreño evaluó que Vietnam ha reafirmado progresivamente su rol y posición en el escenario global. Recordó la imagen de los “mensajeros de la paz” portando la bandera roja con estrella dorada en las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en Sudán del Sur, los compromisos responsables de Vietnam en la 26ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático (COP26) y su presencia proactiva en los acuerdos de libre comercio de nueva generación. Subrayó que Vietnam no solo participa, sino que también contribuye a moldear las normas globales mediante una política exterior firme y flexible a la vez.
Ulloa también destacó los logros de Vietnam como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU durante el período 2020-2021, así como su papel en la presidencia de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) en 2020 en medio de la pandemia de Covid-19.
Vietnam ha demostrado ser una nación confiable, capaz de equilibrar los intereses de las grandes potencias, al mismo tiempo que sirve como una voz sincera para los países en desarrollo, afirmó.