Los delegados, los supervivientes y el pueblo ofrecieron incienso, expresaron su duelo y rezaron por la paz de las almas de las víctimas.
Aunque no asistió al evento, Billy Kelly, un veterano estadounidense que combatió en Vietnam, envió 504 rosas a las personas asesinadas.
Hace 52 años, las tropas expedicionarias de Estados Unidos marcharon a la aldea de Son My con el objetivo de matar, destruir y quemar.
Unos 504 civiles inocentes fueron masacrados, incluidos 60 ancianos, 173 niños, 182 mujeres y 89 personas de mediana edad.
El evento ha pasado a la historia como una herida del pueblo de la localidad en particular, y de Vietnam en general.
La gente de Son My convirtió el dolor en una motivación para construir una Patria cada vez más próspera y mejorar la vida del pueblo día a día.