La Reserva Federal dio inicio a un ciclo de flexibilización de la política monetaria largamente esperado en su reunión de septiembre del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), recortando las tasas de interés en 50 puntos básicos. Los miembros del comité proyectan otros 50 puntos básicos de recortes este año, y que la flexibilización de la FED continuará en 2025, argumentó el analista.
Esto puede tener consecuencias significativas para la economía global, incluso para las economías en desarrollo de Asia y el Pacífico, escribió el experto.
Según Lanzafame, las presiones inflacionarias se han seguido disminuyendo en la región este año, a medida que los precios de las materias primas se estabilizaron y los efectos rezagados del ajuste monetario del año pasado se afianzaron. Como resultado, la mayoría de sus bancos centrales han pausado su ciclo de alzas, y algunos han optado por recortes de las tasas de política monetaria. Otros pueden seguir su ejemplo.
Al dar forma a su postura política, los bancos centrales de las economías emergentes deben tener en cuenta los diferenciales de tasas de interés con los EE. UU., que afectan los flujos de capital y los tipos de cambio, apuntó Lanzafame.
Agregó que el recorte de tasas de la FED abre la oportunidad para que más bancos centrales de la región flexibilicen la política para estimular la demanda interna y el crecimiento, sin desencadenar salidas de capital y depreciaciones del tipo de cambio.
Como el ritmo y la duración del ciclo de flexibilización de la FED siguen siendo inciertos, una respuesta política adecuada en Asia y el Pacífico requerirá cautela y un cuidadoso equilibrio, por varias razones, señaló.
De acuerdo con el experto, una opción para las instituciones financieras es recortar las tasas después de la decisión de la FED. Esto apoyaría el crecimiento, pero también podría reavivar las presiones sobre los precios y alentar el endeudamiento excesivo en economías donde los niveles de débito de los hogares y las empresas ya son altos.
Alternativamente, los bancos centrales de la región pueden seguir manteniendo una postura monetaria relativamente estricta, por ejemplo, recortando las tasas de interés con un retraso o de manera menos proporcional con respecto a la FED.
En tal caso, las tasas de interés más bajas en los EE. UU. pueden aumentar los flujos de capital hacia Asia y el Pacífico, ya que los inversores ajustan sus carteras hacia activos con rendimientos más atractivos. Esto puede impulsar los mercados de acciones y bonos en toda la región, proporcionando un respiro a las economías más vulnerables.
Sin embargo, las entradas de capital también pueden presentar algunos desafíos, ya que las oscilaciones significativas en la inversión de cartera a corto plazo pueden aumentar la volatilidad del mercado financiero.
Además, el aumento de las entradas de capital puede dar lugar a apreciaciones del tipo de cambio en comparación con el dólar estadounidense, lo que beneficiará a las economías que dependen en gran medida de las importaciones de petróleo y otras materias primas, reduciendo las presiones sobre los precios y mejorando las balanzas comerciales. En el caso de las economías con una elevada deuda denominada en dólares estadounidenses, la depreciación de esa moneda facilitará el sostenimiento de la carga de la deuda.
El experto afirmó que la política fiscal puede utilizarse para amortiguar el impacto de la caída de las exportaciones. Dependiendo del margen fiscal, el estímulo puede dirigirse a varios objetivos, entre ellos impulsar el gasto de los consumidores, incentivar la actividad en sectores concretos con mayores efectos multiplicadores sobre el resto de la economía, y proyectos de infraestructura, ahorro energético, adaptación al cambio climático y otros destinados a abordar las brechas estructurales, lo que también impulsará el potencial productivo de la economía.
Las tasas de interés más bajas en el país norteamericano y un dólar estadounidense más débil pueden reducir los costos de importación, impulsar los mercados financieros y estimular mayores flujos de capital hacia Asia y el Pacífico, pero esos avances positivos no estarían exentos de riesgos, como la posible volatilidad del tipo de cambio y nuevas presiones inflacionarias.
Los responsables políticos tendrán que adoptar un enfoque flexible, manteniéndose vigilantes y proactivos para aprovechar las oportunidades y abordar los riesgos, concluyó.