Playa de An Bang, un prístino paisaje por descubrir en Hoi An

La playa de An Bang se sitúa en el barrio de Cam An, a cinco kilómetros de la ciudad de Hoi An, de la provincia central de Quang Nam. La razón por la cual este lugar se ha convertido en los últimos años en un destino atractivo es porque preserva intacta su belleza primitiva, seduciendo a numerosos turistas.

Playa de An Bang.
Playa de An Bang.

Hoi An, desde hace mucho tiempo, es conocida por la playa Cua Dai. Sin embargo, recientemente, otras como las de Tan Thanh y An Bang son cada vez más visitadas por viajeros tanto nacionales como internacionales.

An Bang seduce a los turistas gracias a sus aguas cristalinas con una playa extendida bajo la luz del sol y decorada con chozas cubiertas de hojas de palma rodeadas por flores moradas de bejuco rastrero. En esta playa los pescadores suelen bañarse por la mañana contemplando los paisajes primitivos.

La mayoría de los visitantes son extranjeros procedentes de Francia, Estados Unidos, Rusia, Japón, Corea del Sur y Europa Oriental, quienes buscan relajarse y contemplar la naturaleza. Algunos extienden una toalla en la playa para tomar el sol desafiando el calor sofocante del verano de un país tropical con una temperatura de 37 a 38 grados centígrados.

La peculiaridad de An Bang reside en la ausencia de grandes hoteles y balnearios que invaden la costa. Aquí solo hay casas homestay y restaurantes pequeños montados por familias locales. Aunque cada una tiene su propia decoración, sigue el estilo clásico de las zonas rurales vietnamitas que resaltan con muebles de bambú y farolillos.

Los servicios de homestay son diversos y cada morada está diseña con delicadeza usando losas antiguas, junto con caminos cubiertos de gravillas en el jardín. Pese a la escasez de terreno, cada homestay dispone de una piscina pequeña al lado de un bar cubierto de hojas de palma y un columpio verde, color típico de Hoi An.

Aunque la mayoría de los homestay son nuevos, todos pertenecen a lugareños, mantienen los rasgos genuinos y las habitaciones están decoradas con grifos de bronce, espejos redondos y camas de bambú según el estilo de los años 40 y 50 del siglo XX. Los turistas que se alojan en estas viviendas suelen pensar que fueron diseñadas por arquitectos calificados, no por los propios campesinos.

Al ser un negocio familiar, los excursionistas que pasan la noche en estos alojamientos disfrutan de las comidas elaboradas por las propias familias, creando un ambiente muy cálido.

El camino a la playa está cubierto de flores.

Los chefs de las familias en esta aldea costera son amables, acogedores y capaces de conquistar el paladar de los comensales. Cada uno tiene su propia receta para conseguir nuevos sabores y aromas en sus platos.

Por ejemplo, para hacer almejas al vapor, un plato tradicional y con mucho “sabor a mar”, uno agrega un poco de cilantro o albahaca, mientras que el otro añade unas rodajas de hierba de limón y pimientos picantes.

La mayoría de los lugareños que trabajan en los servicios turísticos hablan inglés con fluidez. Numerosos restaurantes locales ofrecen menú en inglés para facilitar a los clientes extranjeros. También sirven algunos de los platos típicos de la cocina internacional preferidos por los turistas, como pasta, pizza y ensalada de todos los tipos.

Atardecer en la playa de An Bang.

Cabe destacar que los trabajadores del turismo local aprenden de manera oportuna las tendencias del desarrollo del sector para expandir sus servicios, a fin de satisfacer la demanda de sus clientes. Existen pocos lugares como An Bang, donde los excursionistas pueden practicar diferentes deportes acuáticos como paracaídas sobre el mar, motos náuticas y el surf a vela, por un precio de poco más de 500 mil dongs (unos 25 dólares).

An Bang se encuentra entre los sitios turísticos más relajantes del país indochino, donde el tiempo parece detenerse. Es un destino excelente para relajarse, disfrutar de su hermosa playa con aguas cristalinas y arena blanca y escapar del ritmo desenfrenado de la vida moderna.

Se espera que este pueblo costero conserve intacta la belleza prístina de sus paisajes, para seguir atrayendo a aquellos que buscan momentos de relax y a los amantes de la naturaleza.