Los residentes locales depositaron flores en la playa de Talise en Palu, la capital de la provincia, que fue más afectada por el terremoto y el tsunami de magnitud 7,4.
Se ofrecieron oraciones en la tumba común de Poboya, en la vecina regencia de Sigi, donde cientos de cuerpos, incluidos algunos no identificados, fueron enterrados tras el desastre.
Si bien se han reconstruido algunas oficinas gubernamentales e instalaciones de infraestructuras dañadas en el desastre, los esfuerzos de restauración aún están en marcha, y en Palu se ven muchos edificios medio derrumbados.
Indonesia se ubica en el llamado “Cinturón de fuego del Pacífico”, una de las regiones con mayor frecuencia de terremotos y erupciones volcánicas en el mundo.