La estampa de las elegantes mujeres soldados vietnamitas con el ao dai (túnica tradicional) en actos diplomáticos ha causado una profunda impresión entre los amigos internacionales. Más allá de una prenda de vestir, la vestimenta simboliza la identidad, las virtudes y la gracia de las mujeres vietnamitas.

La cultura vietnamita también se manifiesta a través de los platos tradicionales que preparan los propios soldados. Los rollitos de primavera fritos, el pastel cuadrado de arroz glutinoso banh chung (imprescindible en las celebraciones del Año Nuevo Lunar), la sopa de fideos bun bo (típica de la región central vietnamita, con carne de res y caldo sazonado con hierba limón y gamba fermentada) y otros muchos manjares se han convertido en embajadores culinarios en las actividades de intercambio multinacionales, donde muestran la sofisticación, el sabor y la rusticidad de la cocina vietnamita.
Particularmente, las melodías folclóricas, el ca tru (forma compleja de poesía cantada del norte de Vietnam inscrita en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial) y las danzas tradicionales salen al escenario en tierras africanas como un saludo amistoso que refleja la identidad del país. Estas actuaciones enriquecen los intercambios culturales y despiertan emociones y admiración por la cultura milenaria de Vietnam.

Con acciones tan sencillas, los cascos azules vietnamitas en Sudán del Sur hacen de cada encuentro un puente cultural que ayuda a construir la imagen de un Vietnam hospitalario y con fuerte identidad en el corazón de sus amigos internacionales.
No solo son profesionales de la salud en servicio, sino que también actúan como embajadores culturales que continúan abonando la historia de paz y humanismo que Vietnam definió al enviar fuerzas a las operaciones de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas.