Se trata del último sitio vietnamita inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Consta de 12 vestigios o conjuntos de monumentos distribuidos en las provincias de Quang Ninh, Bac Giang (fusionada con Bac Ninh) y Hai Duong (actualmente integrada en la ciudad de Hai Phong). Su zona central abarca 525,75 hectáreas y la de amortiguamiento, más de cuatro mil 380 hectáreas.
En Quang Ninh se encuentran las pagodas de Hoa Yen, Lan y Ngoa Van, el Templo Ancestral de la dinastía Tran (1225-1400) y el campo de estacas de Yen Giang; en Bac Ninh, las pagodas de Vinh Nghiem y Bo Da; y en Hai Phong, el templo de Kiep Bac, la cueva de Kinh Chu, y las pagodas de Con Son, Thanh Mai y Nham Duong.
Este conjunto de vestigios está vinculado al nacimiento y la propagación del budismo zen Truc Lam, fundado en el siglo XIII por el rey-monje Tran Nhan Tong (1258-1308), el tercer monarca de la dinastía Tran.
La continuidad de rituales, festividades y peregrinaciones hacia los lugares sagrados de Vietnam y los establecimientos religiosos de esta escuela budista en el extranjero demuestra el carácter actual y la vitalidad perenne de la filosofía espiritual basada en la autoconciencia, el autocultivo, la convivencia con la naturaleza, el amor a la paz y la compasión.

Al intervenir en la ceremonia, el premier Pham Minh Chinh alabó la estrecha coordinación de Quang Ninh, Bac Ninh, Hai Phong y las partes implicadas en la preparación de los expedientes sobre el complejo Yen Tu-Vinh Nghiem-Con Son, Kiep Bac, así como en la defensa con éxito de su candidatura a la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Pidió al Ministerio de Cultura, Deportes y Turismo, así como a los tres territorios, seguir asesorando al Gobierno en el perfeccionamiento de documentos y normativas a nivel nacional y local, en aras de proteger y promover el valor del patrimonio.
Señaló la necesidad de establecer normas que especifiquen el papel de la administración de los lugares patrimoniales y la participación de todos los ministerios, organismos centrales, provincias y ciudades en esa labor.
Además, dijo, no se debe limitar a conectar los patrimonios, sino a enaltecer sus valores asociándolos a la creación de productos turísticos dignos, lo que tendrá un efecto sobre los ciudadanos y los motivará a unirse a la conservación y disfrute de estos bienes.
También abogó por impulsar aún más el trabajo publicitario para convertir a cada ciudadano en un embajador cultural, y por continuar divulgando las singularidades del complejo Yen Tu-Vinh Nghiem-Con Son, Kiep Bac entre los amigos internacionales, especialmente en las plataformas digitales, como contribución al cultivo de una cultura vietnamita imbuida de identidad nacional.