DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE VIETNAM, TO LAM,
EN LA CEREMONIA CONMEMORATIVA DEL 80.º ANIVERSARIO DEL DÍA NACIONAL DE LA REPÚBLICA SOCIALISTA DE VIETNAM
(Hanói, 2 de septiembre de 2025)
Estimados actuales y antiguos dirigentes del Partido, del Estado y del Frente de la Patria de Vietnam; veteranos revolucionarios; Madres Heroicas de Vietnam, Héroes de las Fuerzas Armadas Populares, Héroes del Trabajo; generales, oficiales y soldados de las fuerzas armadas populares,
Estimados compatriotas y camaradas, vietnamitas en el extranjero, amigos y pueblos progresistas de todo el mundo,
¡Distinguidos delegados!
Hoy, en el ambiente sagrado y heroico de los días de la Revolución de Agosto, celebramos solemnemente el 80º aniversario del Día Nacional de la República Socialista de Vietnam (02 de septiembre de 1945 – 02 de septiembre de 2025).
Hace ochenta años, en la histórica Plaza Ba Dinh, el querido Presidente Ho Chi Minh leyó solemnemente la Declaración de Independencia, proclamando el nacimiento de la República Democrática de Vietnam, hoy República Socialista de Vietnam, el primer Estado democrático popular del Sudeste Asiático, abriendo así una nueva era de independencia y libertad para la nación. Desde aquel momento histórico, el pueblo vietnamita emprendió una nueva trayectoria: construir un Gobierno del pueblo, defender la Patria y conducir al país con firmeza por el camino del socialismo, con el fin de lograr el objetivo de “un pueblo próspero, un país fuerte, democrático, justo y civilizado”.
En este momento sagrado, rendimos respetuoso homenaje a los antepasados y expresamos nuestra infinita gratitud al gran Presidente Ho Chi Minh; honramos a los precursores revolucionarios, así como a los millones de compatriotas y combatientes que sacrificaron sus vidas y dedicaron sus esfuerzos por la independencia, la libertad, la reunificación de la Patria y la felicidad del pueblo.
Guardamos por siempre en la memoria los méritos de las Madres Heroicas de Vietnam, los veteranos, inválidos y enfermos de guerra, las familias de los mártires y de quienes han contribuido a la revolución; y reconocemos profundamente las contribuciones de los obreros, campesinos, empresarios, intelectuales, artistas, ancianos, jóvenes, mujeres, niños, seguidores religiosos, etnias y connacionales en el extranjero, así como de los amigos y pueblos progresistas del mundo que, hombro con hombro, han apoyado y acompañado la justa causa revolucionaria del pueblo vietnamita a lo largo de estos ochenta años.
La Patria vietnamita es la cristalización de la tradición milenaria de edificación y defensa nacional; de la valentía indomable, la inteligencia, la benevolencia y la aspiración de superación. Ese espíritu forjó la gran fuerza de la Revolución de Agosto; de las dos prolongadas guerras de resistencia contra el colonialismo y el imperialismo; de la causa de construcción y defensa nacional en tiempos de paz; y de la obra de renovación, integración internacional y desarrollo del país. Es una fuerza que nace del Pueblo, pertenece al Pueblo y existe para el Pueblo; la fuerza de la gran unidad nacional bajo la gloriosa bandera del Partido Comunista de Vietnam, fundado, dirigido y formado por el Presidente Ho Chi Minh.
Podemos afirmar con orgullo que todas las victorias de la revolución vietnamita están estrechamente vinculadas al papel dirigente acertado y sabio del Partido y al pensamiento, la ética y el estilo de Ho Chi Minh. Nuestro Partido, vanguardia de la clase obrera, y al mismo tiempo vanguardia del pueblo trabajador y del pueblo vietnamita, se mantiene siempre firme en el objetivo de la independencia nacional asociada al socialismo; aplica y desarrolla de manera creativa el marxismo-leninismo y el pensamiento de Ho Chi Minh en consonancia con la realidad del país en cada etapa; y coloca por encima de todo el interés de la Patria y del Pueblo. Gracias a ello, nuestro pueblo ha superado innumerables dificultades y desafíos; nuestro país, de ser una colonia, se ha convertido en una nación independiente y unificada, que avanza con paso firme hacia la modernidad y una amplia integración, con una posición y prestigio cada vez más consolidados en la arena internacional.
Estimados compatriotas y camaradas!
La misión de salvaguardar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la Patria; de preservar la seguridad, el orden y la paz social para un desarrollo rápido y sostenible del país; y de mejorar constantemente la vida y la felicidad del pueblo constituye hoy nuestro mandato de acción. Alcanzar con éxito estos tres objetivos significa, precisamente, cumplir el anhelo del Tío Ho antes de su partida: "Mi último deseo es que todo nuestro Partido y todo nuestro pueblo estén unidos en la lucha por construir un Vietnam en paz, unificado, independiente, democrático y próspero, y que contribuya dignamente a la causa de la Revolución mundial".
A lo largo de 80 años de un camino lleno de dificultades pero también glorioso, hemos reafirmado una verdad: bajo la gloriosa bandera del Partido, con la luz de Ho Chi Minh como guía, apoyándonos en la fuerza del pueblo y en el gran bloque de unidad nacional, no existe dificultad ni desafío que nuestro pueblo no pueda superar; no hay meta noble que nuestra nación no pueda alcanzar. Por ello, no existe obstáculo alguno ni razón alguna que pueda impedirnos avanzar hacia la paz, la prosperidad y hacia la perennidad y el desarrollo de nuestra nación.
De cara al futuro, nuestro Partido se ha fijado como objetivo que, para el año 2045, al conmemorarse el centenario de la fundación de la nación, Vietnam sea un país poderoso, próspero y feliz. Ese es el anhelo de toda la nación, y constituye un juramento de honor ante la historia y ante el pueblo.
Hago un llamado a todo el Partido, a todo el pueblo, a todo el ejército y a nuestros compatriotas dentro y fuera del país, para que, mediante acciones concretas y prácticas, unamos fuerzas, trabajemos con unidad y determinación, y transformemos nuestras aspiraciones en realidad; para que nos esforcemos aún más, nos comprometamos con mayor firmeza, y pongamos en alto la inteligencia, la creatividad y el temple del pueblo vietnamita, cumpliendo con éxito los objetivos y tareas que el Partido y el Estado han establecido y que nuestro pueblo espera con ansias.
Nos mantenemos firmes y perseverantes en la defensa de la independencia, la libertad, la soberanía y la integridad territorial, de cada palmo sagrado de la Patria, mediante la fuerza integral de toda la nación: la fuerza política, económica, cultural, científica, tecnológica, militar, diplomática y, sobre todo, la fuerza del corazón del pueblo. Queremos ser amigos y socios confiables de todos los países del mundo. Respetamos el derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas; resolvemos las diferencias y disputas por medios pacíficos. No haremos jamás concesiones ante ningún complot o acción que atente contra la independencia, la soberanía, la unidad y la integridad territorial; y defenderemos con firmeza los intereses nacionales y del pueblo.
Estimados compatriotas y camaradas!
En este instante sagrado, cada uno de nosotros siente resonar las palabras de la Declaración de Independencia de 1945 del Tío Ho, percibe los millones de corazones vietnamitas latiendo al unísono con orgullo y proclamando al unísono el juramento de “sacrificar la vida para que la Patria viva”. Comprendemos aún más profundamente el valor de la “Independencia”, la “Libertad” y la “Felicidad”; apreciamos más la paz y reafirmamos nuestra determinación de preservarla; y sentimos con mayor hondura el significado sagrado de las palabras “Mi Pueblo” y “Mi Patria”.

Una vez más, me inclino con profundo respeto ante el espíritu del gran Presidente Ho Chi Minh y de los héroes y mártires, quienes se han fundido con la Patria y con el alma sagrada de la nación.
Expreso mis más cálidas felicitaciones a los compatriotas, camaradas, soldados de todo el país, a los vietnamitas en el extranjero y a los amigos internacionales con motivo del 80º aniversario del Día Nacional de la República Socialista de Vietnam.
“¡Que perdure eternamente el país de Vietnam; que la Patria vietnamita goce de paz; que la nación vietnamita sea próspera y se desarrolle sin cesar!”
¡Viva eternamente la gloriosa República Socialista de Vietnam!
¡Viva eternamente el glorioso Partido Comunista de Vietnam!
¡Que el gran Presidente Ho Chi Minh viva para siempre en nuestra causa!
¡La gloria pertenecerá por siempre al Pueblo!
Muchas gracias.