Vietnam posee un valioso sistema de cuevas naturales, como Son Doong, en la provincia central de Quang Binh, considerada la mayor gruta del mundo, y la caverna de En, conocida como la tercera más grande con arena blanca y un río en su interior.
Muchos sistemas de cuevas en Vietnam no sólo son majestuosas maravillas naturales, sino que también contienen valores históricos y culturales porque alguna vez estuvieron habitados por personas prehistóricas o están relacionados con cuentos y leyendas populares locales.
Nguyen Hoang Mai, del Instituto de Investigación para el Desarrollo del Turismo, dijo que en Vietnam, el turismo en cuevas está estrechamente vinculado a la orientación del desarrollo del turismo sostenible con el equilibrio entre los pilares de la economía, la cultura, la sociedad y el medio ambiente.
Subrayó que el viaje por las cuevas está relacionado con muchos otros tipos de turismo, como el de naturaleza, el ecoturismo, el comunitario, el histórico-cultural, el espiritual, el arqueológico, el de aventura y el geológico.
Doan The Anh, subdirector del Centro de Karst y Patrimonio Geológico del Instituto de Geociencias y Recursos Minerales de Vietnam, citó encuestas realizadas por muchas delegaciones de expertos extranjeros durante los últimos 30 años que muestran que las cuevas del país se forman principalmente a partir de calizas y de la actividad volcánica.
Las cuevas de piedra caliza se distribuyen principalmente en las provincias: Son La, Lai Chau, Ha Giang, Cao Bang, Hoa Binh, Lang Son, Quang Ninh, Ninh Binh y Quang Binh; mientras que las volcánicas se concentran en la zona de Dak Nong.
Según el Instituto de Investigación para el Desarrollo del Turismo, la exploración de cuevas es un tipo de turismo sensible que puede tener fácilmente impactos negativos en los valores de los recursos, especialmente los naturales.
Los expertos sostuvieron que es crucial preservar la naturaleza, la biodiversidad y el entorno de las cuevas, asegurar los beneficios y el desarrollo sostenible de las comunidades locales, conservar y promover los valores culturales e históricos asociados a las grutas, proteger la seguridad durante la gestión y el funcionamiento, y garantizar la seguridad de los visitantes en las actividades turísticas.
Para potenciar los valores de las cuevas y promover la industria sin humo, las localidades y los proveedores de servicios turísticos deben centrarse en la formación del personal del sector sobre cuestiones relacionadas con la seguridad de las cuevas, a la par de orientar a los visitantes sobre la protección natural y aumentar la conciencia pública sobre la preservación del entorno de las cavernas, sugirieron.
El cumplimiento de las directrices ayudará a proteger y promover el valor de las cuevas, al tiempo que aporta beneficios económicos a largo plazo a las comunidades locales, enfatizaron.