Se trata de una herencia cultural del mayor impacto, ya que está presente en 15 provincias por todo el país, mayoritariamente en el norte, de las cuales figuran Hanói, Phu Tho, Vinh Phuc, Bac Ninh, Hai Phong, Hung Yen, Nam Dinh, Nghe An, Ha Tinh, Quang Binh y la ciudad de Ho Chi Minh, entre otras.
El canto Ca Tru se convirtió en una oferta musical singular que se le ofrece al público.
El Ca Tru, originado de la música, danza y canto folclóricos de Vietnam, consiste en “un arte cuya singularidad reside en la combinación diversificada, sofisticada e inteligente entre los géneros poéticos y la música, y a veces, acompañada por la danza”. Fue nacido en el siglo XI y se expandió de forma amplia cuatro siglos después, sin embargo, solo hasta finales del siglo XX que recibió un reconocimiento a nivel mundial y llegó a ser estudiado y presentado por músicos y compositores de diversas universidades prestigiosas en el mundo.
La escenografía del Ca Trù está compuesta por cinco espacios escénicos principales y cada uno se caracteriza por una forma distinta de cantar y de actuar. En una interpretación se involucra al menos a tres artistas: una vocalista, llamada đào nương o ca nương, que canta manteniendo el ritmo tocando el phách, un instrumento de percusión compuesto por dos palitos de bambú; un músico, llamado kép, que toca “đàn đáy”, un laúd de cuello largo con tres cuerdas; y por último un “quan viên”, un tamborista que toca “trống chầu”, un tambor de alabanza. Entre ellos, se aprecia más a la vocalista, o ca nương, sin embargo, para llegar a ser reconocida, tiene que trabajar duro y superar númerosos desafíos. El ca trù del pasado fue bien organizado con principios específicos en cuanto a la enseñanza profesional a la generación posterior, el aprendizaje de cantar y tocar los instrumentos y la selección de vocalistas candidatas para los concursos.
El Ca Trù es un género sabio y original caracterizado por la diversidad en sus formas de cantar, así como la meticulosidad y el tacto en sus técnicas. Siendo una de las expresiones culturales sutiles que han sido cristalizadas en el alma de los vietnamitas a lo largo de los siglos, este canto folclórico constituye siempre un orgullo y merece ser un patrimonio oral e inmaterial tanto del pueblo vietnamita como de la humanidad.