El oficio de fabricar linternas tiene más de 400 años en Hoi An, honrada como una de las regiones más representativas en las artesanías tradicionales típicas de Vietnam.
Según una investigación del Centro de Gestión y Conservación del Patrimonio Cultural local, esa labor ya se practicaba en Hoi An desde el siglo XVII, cuando ya la villa era un importante centro de comercio y de convergencia de las culturas orientales (principalmente Vietnam, Japón y China) y de Occidente.
La costumbre de usar linternas en los rituales, festivales y durante el Tet (Nuevo Año Lunar) alcanza hoy a todas las familias vietnamitas. En 1998 Hoi An estableció la marca "Noche de luna llena en el casco antiguo", alentando a las personas a sustituir las luces eléctricas por linternas en casas y templos, convirtiéndolas gradualmente en un producto turístico único y contribuyendo a desarrollar el oficio.
Antes del brote de Covid-19, Hoi An producía cada año millones de linternas de todo tipo, atendiendo la demanda interna y exportando a Japón, Singapur y Europa. Durante el último Tet, la pandemia no impidió que las calles y casas de la ciudad brillaran con las luces de las multicolores linternas.
Con el concepto "Colgar linternas para un año nuevo hermoso, brillante y afortunado", los colores más populares son el rojo y el amarillo, con las frases Feliz Año Nuevo, Felicidad, Éxito, Longevidad y Talento.
Hoi An es considerada la cuna de las linternas tradicionales vietnamitas porque las materias primas y las técnicas de fabricación son diferentes a las de China, Japón y Tailandia y otros países.
El bambú y la tela son los dos materiales básicos para la creación de linternas. Seleccionar el tejido es una tarea seria porque garantizar la resistencia requerida. Probablemente sea la seda la que mejor resalta la elegancia de una linterna de Hoi An.
El artesano Huynh Van Ba es bien conocido por su habilidad en restaurar y mejorar las linternas tradicionales al crear el marco plegable, algo muy conveniente para el embalaje y transporte. Por su parte, Vo Dinh Hoang fundó la marca ‘Dé Lantana’, que cumple los estándares de cinco estrellas del programa nacional de desarrollo económico “Una comuna, un producto”. Los vecinos de la villa sienten orgullo de las linternas, porque son el fruto del sudor y la creatividad de los artesanos a lo largo de los siglos.
El marco de la linterna está hecho de bambú de al menos cinco años de edad, que cortado en piezas confiere a cada obra la forma deseada. Antes, los tallos se hierven y luego son sumergidos en agua con sal durante diez días antes de secarlos al sol para prevenir las termitas.
Dos etapas clave en la fabricación de una linterna son la formación del marco y la instalación de la tela, todo lo cual requiere una real destreza por parte del artesano, quien también desempeña el papel de bordador y pintor al pasar horas con sofisticados patrones ornamentales. El último paso es adosarle un asa para colgarla.
Hoy día en la producción masiva de linternas se utilizan máquinas para cortar el bambú y la tela a fin de ahorrar tiempo y esfuerzos, pero el paso más importante, la formación del marco, no puede prescindir de las manos hábiles de los artesanos.
Los vecinos más antiguos de Hoi An conservan linternas centenarias y las consideran reliquias familiares, a punto que solo las cuelgan en los festivales importantes. Están hechas de maderas y telas preciosas y sobresalen por los bordados y las pinturas sofisticadas.
Actualmente la villa cuenta con más de 30 talleres y de 200 hogares de negocios de linternas. El visitante puede observar allí el proceso de fabricación de las linternas e incluso fabricar una por sí mismo.
En el último año la pandemia de Covid-19 afectó mucho las artesanías y la elaboración de linternas en particular, pero los fabricantes de estas se han esforzado por mantener la producción y promover la imagen de esta añeja ciudad entre los amigos nacionales e internacionales. Para ellos, este no es solo un oficio que les genera ingresos estables, sino también es hermosa muestra de la cultura local.
Durante este Tet, Hoi An recibió menos turistas que en años anteriores, pero la luz de las linternas sigue brillando y llenando de fantasía las noches, como si iluminara la esperanza de un año nuevo de paz y prosperidad.