Ante tales condiciones, un contenedor que pasa por Europa puede tener un coste adicional de entre mil y dos mil dólares y los productos más afectados incluyen confecciones textiles, calzado, productos madereros y electrónicos, explicó.
Según el funcionario, para proteger los intereses de las empresas, el MIC instó a las asociaciones empresariales y el sector de la logística a seguir y actualizar periódicamente la situación para que las empresas puedan acceder a la información y planificar proactivamente la producción, importación y exportación de bienes, evitando congestiones y otros impactos adversos.
Al mismo tiempo, el MIC exigió a las compañías de importación y exportación que sigan de cerca la situación, elaboren planes y discutan con los socios para que, en caso de necesidad, puedan ampliar el tiempo de embalaje y recepción de mercancías. Además, las firmas deben buscar y diversificar fuentes nuevas para limitar el impacto en la cadena de suministro y estudiar el transporte ferroviario para tener diferentes opciones de entrega.
En particular, la cartera recomendó que las empresas, al firmar y negociar contratos comerciales y de transporte, tengan disposiciones sobre compensación y exención de responsabilidad en situaciones de emergencia; así como compren un seguro a todo riesgo para prevenir pérdidas cuando las mercancías deban ser transportadas por períodos prolongados de tiempo o enfrentan dificultades al viajar por dicha zona. Por otro lado, los exportadores deben ser proactivas en sus planes de transporte para no afectar el cronograma de entrega.
Las tensiones en el Mar Rojo afectan la seguridad y el transporte de muchas líneas navieras, por lo que se ven obligadas a cambiar de itinerario, prologando tiempos de tránsito y generando mayores costos.