En una entrevista concedida a la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA), con motivo del 135º aniversario del natalicio del Presidente Ho Chi Minh (19 de mayo de 1890), el académico japonés subrayó que el líder vietnamita no solo es reconocido por guiar a su pueblo hacia la independencia, sino también por ser una figura clave en la lucha contra el colonialismo en Asia, África y América Latina.
En primer lugar, destacó como un líder excepcional al combinar el nacionalismo vietnamita con el socialismo internacional. A través de sus experiencias adquiridas en Francia y la Unión Soviética, tomó las ideas del movimiento comunista y las adaptó con gran habilidad a la realidad de Vietnam. Así, logró un amplio respaldo al priorizar la liberación nacional sin centrarse exclusivamente en la lucha de clases, aseveró el estudioso.
En segundo lugar, su liderazgo se distinguió por conectar los ideales con la práctica y la ideología con las masas. Lejos de caer en el idealismo, Ho Chi Minh basó sus políticas en las vivencias y palabras de la gente común, como campesinos y obreros. Su filosofía centrada en el pueblo no era un simple lema, sino una forma de gobernar basada en la confianza en la ciudadanía, lo que lo convirtió en un líder carismático y cercano, según Shimizu.
En tercer lugar, la influencia de Ho Chi Minh fue más allá de Vietnam, inspirando a líderes de colonias en todo el mundo. Sus estrategias y el ejemplo de un país pequeño venciendo a potencias se convirtieron en un modelo esperanzador para movimientos independentistas en África y revoluciones en América Latina.
Además, Ho Chi Minh, con su sinceridad y dedicación ante las adversidades, sigue siendo un referente de liderazgo para la comunidad internacional. Es admirado no solo en Vietnam, sino que su nombre resuena en foros globales como las Naciones Unidas, donde se le recuerda como uno de los líderes más éticos y prácticos de la liberación nacional en el siglo XX.
Shimizu también resaltó el papel crucial del Tío Ho en la construcción de la diplomacia y la imagen de Vietnam en el escenario político global del siglo XX. El académico lo describió como un intelectual y un líder práctico que siempre vinculó los ideales con la realidad. Sus ideas y acciones no son solo teorías revolucionarias o relatos del pasado, sino que invitan a reflexionar a quienes viven en la sociedad actual.
Ho Chi Minh, añadió, mantuvo a lo largo de su vida la convicción de que la independencia de una nación y la felicidad de su pueblo son inseparables.
Además, pese a su perspectiva global, nunca perdió el vínculo con sus raíces. Recorrió países como Francia, la Unión Soviética, China y Estados Unidos, buscando siempre soluciones para el futuro de Vietnam. Por último, su vida sencilla y auténtica marcó su liderazgo. Incluso como jefe de Estado, optó por un estilo de vida humilde, priorizando la esencia sobre las apariencias y manteniendo una conexión profunda con el pueblo, opinó el académico japonés.