11 de abril de 1954: Cada bando ocupa la mitad de la colina C1

El contraataque del enemigo para ocupar la Colina C1 entró en el tercer día. A las 2 de la mañana del 11 de abril de 1954, no quedaban trincheras ni fortificaciones intactas en la cima de la colina C1. Tanto el ejército vietnamita como los enemigos franceses pusieron todo su empeño en consolidar su posición en la colina, donde las bombas y los proyectiles arrasaron todas las fortificaciones y refugios.
Feroz batalla en la zona del cerro C. (Foto: VNA)
Feroz batalla en la zona del cerro C. (Foto: VNA)

Los soldados vietnamitas tuvieron que retirarse para organizar la defensa. La 98ª División, asignada a la defensa de la colina C1, fue reforzada por el 888º Batallón de la 176ª División. El 11 de abril de 1954, la 811ª Compañía de este Batallón fue enviada a la colina para reemplazar a las unidades retiradas. A partir de ese día, defendió el cerro durante 20 días consecutivos hasta hacerse con el control total de esta base.

Los franceses también tuvieron que enviar a la tercera compañía del batallón de paracaidistas franceses de la Legión Extranjera, que acababa de aterrizar en Muong Thanh, para sustituir a la fuerza exhausta que había combatido la noche del 10 al 11 de abril de 1954.

En la noche del 11 de abril de 1954, los soldados vietnamitas prosiguieron con su contraataque, pero seguían sin poder apoderarse de la zona del mástil. La colina C1 estaba dividida en dos zonas de control, ocupando cada bando una mitad, y acordaron mantener temporalmente este statu quo. De vez en cuando había lanzamiento de granadas, fuego de ametralladora de un lado a otro, ráfagas de lanzallamas y ataques relámpago.

El mismo día, el general Vo Nguyen Giap, comandante en jefe del Ejército Popular Vietnamita, envió una carta a los oficiales y soldados de la 9ª División de la 304ª Compañía, asignados a la caza de bandidos en la zona montañosa del norte. El general elogió a los oficiales y soldados de la división y les anunció que una de las maniobras del enemigo consistía en sabotear las rutas de transporte y crear dificultades para abastecer el campo de batalla, sobre todo al avecinarse la estación de lluvias. Confió a la 9ª División la tarea de garantizar la circulación fluida de la ruta de transporte, contribuyendo a la victoria de la campaña.