La provincia norteña de Bac Giang se mantiene como la principal zona productora del país, con una cosecha estimada de 165 mil toneladas, seguida de Hai Duong (60 mil toneladas), Hung Yen y Lang Son (22 mil cada una) y Dak Lak (21 mil).
La campaña se divide en dos fases: la cosecha temprana (del 20 de mayo al 10 de junio) y la cosecha principal (del 10 de junio al 25 de julio).
Para facilitar las exportaciones, se han registrado 469 códigos de zonas de cultivo y 55 centros de empaque, lo que permite acceder a mercados como China, Australia, Estados Unidos, Japón y Tailandia.
En Bac Giang, más de 240 zonas de cultivo abarcan 17 mil 421 hectáreas, de las cuales 16 mil hectáreas cuentan con certificación VietGAP (Buenas Prácticas Agrícolas Vietnamitas), 204 hectáreas con GlobalGAP (Buenas Prácticas de Agricultura Internacionales) y 10 hectáreas de producción orgánica. Los agricultores han sido capacitados en prácticas agrícolas sostenibles, adaptadas a los exigentes estándares internacionales.
Hai Duong también avanza en esa dirección, con 198 zonas de cultivo registradas, 16 centros de empaque, 12 zonas con certificación GlobalGAP y 56 con VietGAP, sobre una superficie de 721 hectáreas. Se aplican técnicas modernas de cultivo como la poda selectiva y la fertilización racional para mejorar la calidad del fruto y adaptarse al cambio climático.
Según la empresa Ameii Vietnam, el lichi vietnamita ya se exporta a más de diez países, incluidos mercados de alto valor. Sin embargo, para consolidar esta presencia internacional, son esenciales garantizar una producción estable, mantener la calidad y reforzar la colaboración entre agricultores, empresas y autoridades.
Las empresas exportadoras también piden mayor apoyo financiero, promoción comercial y tecnologías de conservación postcosecha, con el objetivo de avanzar hacia una agricultura verde y sostenible.
El ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Do Duc Duy, valoró positivamente la preparación de las provincias y subrayó la importancia de monitorear las condiciones climáticas, controlar los residuos de pesticidas y aplicar estrategias de comercialización flexibles, tanto en el mercado interno como a través de plataformas digitales.