El sistema, conocido como Evaluación de las profundidades del océano y notificación de tsunamis (Dart), cuenta actualmente con 74 boyas en todo el mundo.
Cada una flota en la superficie mientras está atada al fondo marino, y monitorea las señales de un sensor sísmico en el fondo del océano y los cambios en el nivel del agua. Instaladas en algunos de los entornos de trabajo más difíciles del planeta, las boyas alimentadas por batería deben reemplazarse cada dos años.
Las boyas Dart en Tailandia están conectadas a 130 torres de alarma en las provincias costeras, formando un sistema de alerta temprana capaz de notificar a los residentes sobre un tsunami inminente en un plazo de 5 a 7 minutos.
En diciembre de 2004, un terremoto de magnitud 9,1 bajo el océano Índico desencadenó un enorme tsunami con olas de hasta 30 metros de altura.
En ese momento, solo existía un sistema de alerta rudimentario, sin forma de avisar con antelación a los millones de personas que viven alrededor del océano Índico. Más de 225 mil personas murieron en una docena de países.
Según los datos de esa fecha, el tsunami mató a más de cinco mil personas en Tailandia y miles desaparecieron.
Los expertos predicen que el riesgo de un tsunami de la escala del desastre de 2004 es inevitable. Por lo tanto, las mejoras en el sistema de detección y respuesta a estos siniestros son cruciales para proteger las vidas de muchas personas.