El embajador de Vietnam en Cuba, Le Quang Long, recordó que la República Democrática de Vietnam se fundó el 2 de septiembre de 1945, hace 80 años, cuando el presidente Ho Chi Minh proclamó la independencia del país. El diplomático afirmó que ese momento sagrado abrió una era de independencia y libertad para el pueblo vietnamita, y reafirmó su firme aspiración de avanzar como una nación amante de la paz, resiliente e indomable.
Destacó que, tras ocho décadas durante las cuales ha vencido incontables desafíos, Vietnam ha pasado de ser un país devastado por la guerra a ser una de las 32 mayores economías del mundo, con relaciones diplomáticas con 194 países y 38 marcos de asociación estratégica e integral.
El país indochino participa de manera activa en más de 70 organizaciones internacionales y avanza con paso firme hacia la meta de convertirse en un país desarrollado de ingresos altos en 2045, recalcó.
El embajador subrayó que los triunfos de Vietnam no habrían sido posibles sin el valioso respaldo de sus amigos internacionales, entre ellos Cuba, nación hermana que mantiene una amistad ejemplar, leal y entrañable. La célebre frase del líder cubano Fidel Castro “¡Por Vietnam, Cuba está dispuesta a dar hasta su propia sangre!” sigue siendo un símbolo sagrado de esa solidaridad especial entre ambos pueblos, afirmó.

Quang Long repasó los hitos recientes de los vínculos bilaterales, como la visita a Cuba en 2024 del secretario general del Partido Comunista y presidente de Vietnam, To Lam, y la visita de Estado a Vietnam en septiembre de 2025 del primer secretario del Partido Comunista y presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
En esas ocasiones, según recordó el embajador, los líderes de ambos países convinieron en impulsar la cooperación económica centrada en tres pilares: la agricultura, la energía y la biotecnología, y en establecer una red conjunta de cooperación biotecnológica.
Los asistentes apreciaron un documental sobre las proezas de Vietnam en defensa y desarrollo durante las últimas ocho décadas, degustaron platos tradicionales y disfrutaron de actuaciones artísticas del país indochino.
El acto, celebrado en un ambiente cálido y fraternal, dejó una magnífica impresión a los invitados cubanos e internacionales sobre la imagen de un Vietnam renovado, dinámico, amistoso y rico en identidad, y reafirmó una vez más la relación especial, fiel y entrañable entre ambos pueblos.