En una entrevista concedida a la Agencia de Noticias de Vietnam (VNA) sobre las perspectivas económicas y las premisas de las proyecciones, Shantanu Chakraborty añadió que el BAD sigue confiando en que Vietnam podrá lograr un crecimiento anual general del 5,8 por ciento para 2023.
Tal pronóstico se basa en los primeros signos de repunte en la industria de servicios y la construcción.
También se nota un crecimiento en el sector agrícola, dada la sólida estabilidad que han mostrado los precios de los productos, notificó.
“Hay algunos motores de la economía que creemos que contribuirán a que Vietnam alcance su crecimiento económico del 5,8 por ciento, a pesar del lento crecimiento en los primeros trimestres”, remarcó.
“Creo que mantener el impulso de la inversión pública será crucial porque eso es lo que rejuvenecerá las actividades económicas, generará empleo y pondrá más dinero en manos de la gente para mejorar el consumo interno”, agregó.
Por otra parte, Shantanu Chakraborty subrayó que las políticas monetaria y fiscal adoptadas por el Gobierno vietnamita han contribuido a mantener la inflación bajo control.
“Nuestra proyección de inflación por ahora es del 3,8% para 2023 y del 4%para 2024. Por supuesto, existen ciertos desafíos, en términos del aumento global de las tasas de interés, las perturbaciones causadas por ciertos eventos geopolíticos y el ajuste monetario en algunos países”, enfatizó.
Pero en general, expresó la confianza de que sobre la base de las bajas tasas de inflación que experimentó Vietnam en el primer semestre del año, resulta muy posible que el país indochino alcance una inflación general del 3,8 por ciento.
Según el experto, la inversión pública, el consumo interno y las exportaciones serán los principales motores del crecimiento de la economía en 2024.
De acuerdo con algunas estimaciones, se han planificado alrededor de 30 mil millones de dólares de inversión pública, por lo que es necesario hacer un esfuerzo concertado para acelerar el desembolso de la misma, subrayó.
“Eso realmente impulsará la demanda en el mercado, conducirá a la generación de empleo y fomentará las actividades económicas, en general”, reafirmó.
El consumo también es importante. Dado que ahora la inflación es baja y hay liquidez en manos de la gente, el consumo interno debe mantenerse fuerte para compensar el impacto adverso de las actividades relacionadas con las exportaciones, continuó.
Al referirse a las altas tasas de interés en los principales socios comerciales de Vietnam, lo que ha deprimido la demanda de exportaciones vietnamitas, recomendó al país del Sudeste Asiático seguir buscando nuevos nichos donde pueda brindar más servicios de valor agregado y diversificar los productos básicos exportables en pos de mantener su ventaja competitiva en el mercado internacional.
Aconsejó, además, mejorar su competitividad racionalizando su estructura de costos.
“En ese proceso, el Gobierno desempeña un papel importante en términos de garantizar la certeza de que los inversores del sector privado orientados a la exportación vengan a Vietnam y tengan acceso a un entorno propicio estable y una infraestructura sólida”, notificó.
Con respecto a la deuda pública en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), informó que ese indicador en Vietnam se sitúa hoy en alrededor del 38 por ciento, mientras que el objetivo estipulado por el Gobierno es del 60 por ciento, por lo que, dijo, queda un importante margen fiscal que el gobierno puede desplegar.
Según el especialista, tal situación se considera una oportunidad para impulsar realmente la agenda hacia el gasto en infraestructura y el sector social, incluidos subsidios para el desempleo y recortes del impuesto al valor agregado (IVA).
Propuso al Gobierno vietnamita acelerar la implementación de los recortes del IVA y extender el plazo al respecto hasta finales de 2024 para revitalizar el consumo interno.