Hoy, al llegar a Hue, además de visitar los palacios en ruinas, los visitantes siempre desean encontrar las características únicas de la cultura imperial que aún se conservan aquí.
Durante casi un siglo y medio, Hue fue la capital de una dinastía feudal basada en el confucianismo y también fue el centro del budismo en el país.
La Pagoda Thien Mu destaca por sus huellas culturales e históricas asociadas con la vida espiritual de la antigua capital. Fue construida por el señor Nguyen Hoang, con el propósito de reunir la energía espiritual para fortalecer la longevidad de un poderoso país. El templo, de más de 400 años de antigüedad, es considerado actualmente un símbolo del antiguo Hue.
El Palacio Long An se construyó durante el reinado del emperador Thieu Tri. Este lugar alberga ahora el Museo de Antigüedades Reales de Hue, donde se exhiben más de 300 artefactos, junto con trajes de la dinastía Nguyen. Los visitantes pueden obtener a través de la muestra una visión general de la vida de la realeza en el pasado. Pueden admirar también el atuendo del monarca en las ceremonias o actividades reales.
Ubicada en la esquina más externa de Khiem Lang o Mausoleo del rey Tu Duc, Chi Khiem Duong fue una vez la humilde residencia de más de 100 esposas y concubinas del rey. Las puertas cubiertas de musgo, las paredes de hace cientos de años y la brisa melancólica parecen estar contando las historias del misterioso harén, de una vida llena de magnificencia y también de mucha miseria.
Visitamos hoy la instalación de Ba Tung, un lugar que aún conserva los secretos de la elaboración del polvo facial que se solía utilizar en aquel tiempo feudal. Inventado por una sirvienta de la corte imperial, este producto cosmético sigue siendo popular entre las mujeres de Hue desde hace cientos de años. Más que una creación de la tierra imperial, este polvo facial es hoy un orgullo de la antigua capital.
La antigua capital de Hue es un tesoro con muchos aspectos fascinantes que asombran a los viajeros con descubrimientos más interesantes en cada visita.
Los afortunados pueden disfrutar de la música real en la Ciudad Prohibida, justo donde hace más de siete décadas los músicos de la orquesta real tocaban melodías solemnes en la última ceremonia, antes del fin de la dinastía Nguyen. Las dinastías vietnamitas concedían gran importancia al desarrollo de Nha Nhac, la música de la corte, ya que la consideraban el símbolo de la realeza, la longevidad y la prosperidad de la dinastía.
La edad dorada del último imperio feudal de Vietnam terminó hace más de siete décadas, pero sus ecos parecen que nunca desaparecerán.
La pasada vida en la corte todavía se conserva en el espacio cultural, la vida y el carácter del pueblo de Hue.