Según la Agencia nacional de Noticias, en una conferencia efectuada en Hanói con dirigentes de 43 organizaciones de culto en todo el país, el jefe de Gobierno afirmó que los seguidores religiosos contribuyen al gran bloque de unidad nacional y constituyen una parte inseparable de la vida cultural y espiritual del pueblo vietnamita.
Vietnam es un país de muchas creencias y religiones, y cada una de ellas tiene su propia cultura, pero todas están orientadas hacia la verdad, la bondad y la estética, resaltó, al aseverar la política consecuente del Partido y el Estado de respetar y garantizar la libertad de religión de todas las personas.
Inmediatamente después de la fundación de la República Democrática de Vietnam, el Presidente Ho Chi Minh invitó a muchos dignatarios religiosos a servir como asesores del Gobierno, recontó, y agregó que desde la primera legislatura de la Asamblea Nacional hasta la fecha, cerca de 60 creyentes han sido elegidos como delegados del órgano legislativo y miles como diputados de los Consejos Populares a todos los niveles.
Durante el proceso de lucha por la independencia, la libertad, la reunificación y la construcción nacional, decenas de miles de dignatarios y seguidores de religiones se han unido a las organizaciones de masas y sociales, con contribuciones importantes a la causa de construcción y defensa de la Patria, apuntó.
Los monjes demuestran claramente su papel como puente de conexión entre el Partido y el pueblo, movilizando a los practicantes para que respondan activamente a los movimientos de emulación patriótica y cumplan con sus responsabilidades civiles, continuó.
Sobre esa base y espíritu, Minh Chinh exhortó a los encargados de las organizaciones religiosas a continuar movilizando a los dignatarios, monjes y seguidores en la materialización de las directrices y lineamientos del Partido, las políticas y leyes del Estado; y acompañar a la nación en la consolidación del gran bloque de solidaridad nacional y religiosa, así como la promoción de los valores culturales y éticos de las religiones en la vida social.
Exigió a los ministerios, sectores, agencias y localidades relevantes que continúen implementando estrictamente las regulaciones sobre creencias, religiones y la gestión estatal al respecto, asesorar al Partido y al Estado en el perfeccionamiento de las instituciones, políticas y leyes relacionadas, además de movilizar y promover todos los recursos en la construcción y el desarrollo nacional.
Por su parte, los representantes religiosos reiteraron su fuerte apoyo a las directrices, pautas, políticas y leyes del Partido y el Estado, y prometieron seguir contribuyendo activamente al gran bloque de unidad nacional, en aras de un pueblo rico y un país fuerte, democrático, justo y civilizado.