Geográficamente aislado y de difícil acceso, el valle Mu Nau todavía mantiene su original encanto con el bosque primigenio y los ciruelos de 20 años. Mu Nau – Phieng Canh es también una ruta nueva para los amantes del senderismo al llegar a la meseta de Moc Chau.
Tran Duc Duy, dueño de un alojamiento familiar local, se está esforzando en convertir las dificultades geográficas del valle en ventajas para el desarrollo sostenible del turismo comunitario. Este joven sigue alentando a las familias locales en trabajar juntos en turismo, compartiendo las experiencias y beneficios de un área turístico comunitario, así como promoviendo la conservación de la naturaleza primitiva de Moc Chau.
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Al despedirse de Duc Duy y su historia de promover el turismo comunitario, los visitantes podrán seguir el camino de hormigón para dirigirse al valle Mu Nau. Esta senda es el resultado del esfuerzo y la contribución de los residentes locales para ayudar a los visitantes a superar el terreno escarpado y complicado para llegar al borde del valle. Con un poco de agua, bocadillos y un bastón, se podrá iniciar el viaje hacia la naturaleza, experimentando las emociones que ofrecen los bosques de ciruelos, las colinas de té y las alfombras de acelga.
Una vez superado un tramo de 300 metros cuesta arriba, los excursionistas pueden disfrutar del viento fresco y puro de la altiplanicie que quitará el sudor y les llena de energía. Después de relajarse en los jardines de ciruelos, los viajeros se enfrentarán al reto de los senderos empinados sumergidos en la niebla densa de la mañana. Sin embargo, una vez superado este resto, el excusionista será bien recompensado. La luz de sol traerá consigo, un panorama brillante del valle Mu Nau con las flores de ciruelo cubriendo las casas en la colina de su radiante color blanco.

En este mes de febrero, las ciruelas van saliendo en medio del mar de flores, trayendo así la esperanza de una buena cosecha. Cada pequeño ciruelo podrá brindar quintales de frutas. De aquí los visitantes podrán hacer una visita a la aldea para conocer mejor la vida de los locales.
En el siguiente pequeño camino hacia el bosque, todavía quedan las marcas de la competencia de maratón del mes pasado con la participación de mil 900 atletas provenientes de 39 países. Tras pasar el largo camino cubierto por las flores blancas de acelga y violetas flores salvajes, los aventureros llegarán a la aldea Phieng Canh de la etnia Mong. El cansancio desvanecerá al apreciar la hermosura de las flores de ciruelo, cerezo y acelga que componen el paisaje primaveral de este lugar. Los niños con su inocente sonrisa juegan bajo los ciruelos blancos, los jóvenes animados en los juegos tradicionales, y la amabilidad y hospitalidad de los aldeanos dejarán inolvidables memorias a los visitantes sobre el Moc Chau más prístino, más nativo y más puro.

Si se puede regresar al alojamiento de Tran Duc Duy antes de la noche, gozará de una mágica puesta del sol. Será un momento ideal para compartir con el anfitrión las interesantes experiencias de la excursión mientras se disfrutan de este cautivador escenario.
Los esfuerzos de Duc Duy y los residentes locales en preservar la identidad, desarrollar el turismo comunitario, explotar el turismo ecológico y conservar la cultura, indudable traerán más turistas a Moc Chau, no solo en la época de ciruelas, sino durante todo el año. Esperamos que Moc Chau se convierta en uno de los destinos más impresionantes y poéticos de la región noreste vietnamita, reconocido por viajeros nacionales e internacionales en un futuro cercano.