
En los bancales de arroz que serpentean por las faldas de las montañas, la brisa acaricia las espigas repletas de grano, que se mecen como saludando a los visitantes.

Entre ese mar dorado, resalta el rojo intenso de las faldas y trajes tradicionales de las mujeres H’Mong, un detalle que rompe la serenidad del paisaje rural. Los atuendos coloridos y llenos de motivos decorativos no solo son una imagen característica de esta región montañosa, sino también reflejo del orgullo cultural y el arraigo a las raíces ancestrales.

En estas tierras altas, la temporada de cosecha ofrece a los visitantes la oportunidad única de descubrir a fondo la riqueza cultural local. Se puede hacer una pausa en alguna aldea al pie de la montaña, caminar por senderos entre bancales o simplemente dejarse envolver por el mar dorado que se extiende hasta el horizonte.

Todo el trabajo en los campos se realiza manualmente. Cada movimiento, cada herramienta, cada sonido sencillo recrea un espacio lleno de tradición agrícola y valores culturales. Esta sencillez es precisamente lo que convierte la cosecha en un momento ideal para desarrollar el turismo vivencial agro-cultural, donde los visitantes participan en las labores del campo.
Visitar Tuyen Quang en la temporada dorada no solo consiste en contemplar paisajes y tomar fotografías. Es también sumergirse en la vida cotidiana, acompañar a los habitantes a cosechar arroz, trillar las espigas, hervir agua o preparar la comida directamente en el campo.
La cosecha en las tierras altas es también una estación de comunión entre el ser humano y la naturaleza. Es entonces cuando Tuyen Quang, como tantas otras regiones montañosas del país, alcanza su esplendor más bello del año.