En el documento, los jóvenes muestran su preocupación por la contaminación marina a causa de los residuos plásticos (incluidos los grandes y los microplásticos) y sus daños tanto para los seres acuáticos como la salud humana, citando la definición de este tipo de polución abordada en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos) de 1982.
Luego de admitir la amenaza derivada de tal situación para las futuras generaciones, presentan 13 propuestas que involucran a todas las partes concernientes, entre ellas los sectores público y privado, los eruditos y la población, con el fin de solventar el problema.
Algunas sugerencias destacadas consisten en impulsar las actividades en el ámbito de materiales, particularmente la producción del plástico biodegradable; fomentar la cooperación bilateral para investigar e intercambiar conocimientos referentes a los desechos plásticos marinos, y fomentar la renovación tecnológica.
Otras iniciativas son las de sensibilizar sobre el tema a través de la divulgación y educación, construir un marco legal para sancionar el vertido de plásticos de manera ilegal y cobrar por el uso de bolsas de nilón, e intensificar la gestión y el reciclaje de residuos.
Al intervenir en el acto, el secretario general de la Asean, Lim Jock Hoi, resaltó que la economía marina y los recursos que nos traen los océanos constituyen una importante fuerza motriz para el crecimiento económico en varios países. Llamó a robustecer aún más los nexos entre el bloque regional y Japón para enfrentar la actual contaminación del mar por plásticos.
La redacción de dicho documento, que empezó en noviembre de 2020, es la tarea central de un proyecto respaldado por el Centro Asean-Japón. En este participaron 22 jóvenes procedentes de Japón y los 10 países integrantes de la Asean, quienes fueron seleccionados entre 60 sobresalientes estudiantes universitarios y de posgrado que cursan en la nación del sol naciente.