Se trata de un evento deportivo de larga data, fomenta la cohesión comunitaria y da a conocer la belleza de la vida espiritual de los aldeanos de la mencionada etnia minoritaria.
El festival que renombra a Chua Ro, en la aldea de An Cu, del pueblo de Tinh Bien, An Giang, se origina de una actividad de los cultivadores khmeres de arroz húmedo.
Al respecto, el venerable Chau Soc Khonl, abad de la pagoda de Ro, dijo lo siguiente: “Es costumbre khmer que previamente al festival de Sene Dolta (en honor de la piedad filial y los ancestros) y luego de la siembra de arroz, los agricultores se junten para una carrera de bueyes. No les importa el resultado, solo es para divertirse”.
Se trata además de una ocasión para que los khmeres rindan tributo a los antecesores y sus méritos. En tanto, el doctor Duong Duc Minh, subdirector del Instituto de Investigación para Desarrollo Económico y Turismo de Ciudad Ho Chi Minh, comparó la carrera con “una canción épica”.
“Además de los principios de organización rigurosa y metódica, todas las rondas de la competición presentan espacios metafóricos que conforman una ‘canción épica’. Lo épico aquí se traduce en alabanzas a los sosegados paisajes naturales. Vivir envueltos en los mismos suele recordar a la gente la Madre Naturaleza. Los factores elegidos para la carrera incluyen el buey, que representa la fuerza y el desarrollo perpetuo de la agricultura”, manifestó.
Sirve como pista de carreras una parcela llana de unos 200 metros de largo y cien de ancho, perteneciente a la pagoda de Ro. Su lecho debe sumergirse con un nivel justo de agua y ararse varias veces para enlodar y hacer resbaladizo el camino, mientras sus cuatro orillas tienen terraplenes. En el otro lado de la línea de meta hay un tramo vacío para que los bueyes se desaceleren y se detengan con seguridad. En el punto de partida, igual que en el de llegada, se colocan, a una distancia de cinco metros, dos banderines, uno de color azul y el otro de rojo, correspondientes a las debidas posiciones de los competidores.
El fotógrafo Huynh Phuc Hau, un miembro del comité organizador del evento, agregó: “Desde hace tiempo la pagoda tiene este patio donde se realizaban las carreras. El número de espectadores crece año tras año, hasta el presente, que es el décimo año de celebración del concurso. Gente de todas las regiones del país viene para disfrutarlo”.
Meses después de preparación, los bueyes entran en la pista robustos y bien vestidos, llevando en el cuello un par de cascabeles dorados tintineantes y en sus cuernos coloridas bolsitas de tela. Para garantizar una buena salud a esos rumiantes, sus propietarios los cuidan con esmero y los entrenan a correr regularmente en el campo.
“Normalmente no importa qué comen, pero para la carrera hay que alimentarlos al debido tiempo y con una ración moderada, sin dejarlos demasiado llenos. La dieta debe ser nutricional, con componentes como huevos de gallina, cocos frescos y gachas. También hay que entrenarlos regularmente, otras personas lo hacen una vez a la semana, yo tres veces”, comentó un cuidador.
Los bueyes se presentan en grupos de dos. Las parejas que pelean y el orden de competición se decide por sorteo. La primera ronda, la de “pedir a gritos”, ayuda a los bueyes a acostumbrarse a la pista de carreras y muestra la destreza de sus cuidadores. La segunda requiere que los cuatro animales corran a toda velocidad hasta la línea de meta bajo el control de sus dueños. La pareja campeona debe participar en todos los partidos y vencer directamente a cada uno de sus contrincantes.
Cualquier equipo que cometa errores técnicos como rotura de la rastra, violaciones en la pista o que el montador pierda el control de la rastra, es considerado perdedor.
El festival de Chua Ro este año se celebró en septiembre con 24 dúos de “corredores” procedentes del pueblo de Tinh Bien y el distrito de Tri Ton. Como habitualmente, el fotógrafo Ho Y viajó de Ciudad Ho Chi Minh a la provincia de An Giang para capturar momentos bonitos de la carrera.
“He visitado el festival cinco o seis veces. Me encanta tomar fotos de las carreras. La celebrada este año me parece la más atractiva porque acaparó la atención de más espectadores, fotógrafos y también patrocinadores”, dijo Ho Y.
Para la etnia khmer, el festival de carrera de bueyes es una festividad tradicional y característica de su comunidad. Pero además del valor cultural y espiritual, la cita atrae un gran número de visitantes de dentro y fuera del país, contribuyendo así al desarrollo turístico local.