Una renovación con visión y resultados excepcionales
Desde 1986, Vietnam ha pasado de un modelo económico centralizado y subsidiado a una economía de mercado con orientación socialista, en un contexto extremadamente difícil: un país agotado tras décadas de guerra, sometido a un prolongado embargo y con recursos limitados.
Uno de los desafíos más graves fue la hiperinflación, que alcanzó el 774 por ciento en el primer año del proceso de renovación. No fue hasta 1993 que, gracias a reformas profundas en la política monetaria y la liberalización del mercado, la inflación se redujo a un solo dígito y se mantuvo estable desde entonces.
A pesar de la mejora inicial, en 1990 el ingreso per cápita en Vietnam era inferior a 100 dólares y más del 70 por ciento de la población vivía en situación de pobreza (58 por ciento en 1993). No obstante, las políticas de reducción de la pobreza han sido extraordinariamente eficaces: hoy, la tasa de pobreza multidimensional ha caído por debajo del 1,9 por ciento.
Especialmente en las últimas dos décadas, Vietnam ha logrado reducir drásticamente la brecha de ingresos con muchos países. En 2000, el PIB per cápita de Singapur era 55,8 veces superior al de Vietnam; en 2024, esta diferencia se ha reducido a 19,7 veces. En el caso de Tailandia, la brecha pasó de 5,2 veces a 1,6 veces; con Malasia, de 9,6 veces a 2,7 veces. La nación indochina ha alcanzado prácticamente a Indonesia (antes 2,1 veces más alta) y ha superado a Filipinas (antes 2,8 veces más alta). En comparación con la India, cuyo ingreso era superior al de Vietnam en 2000, hoy el país indochino lo supera en un 60 por ciento. Estos resultados reflejan el éxito sostenido del país y validan el modelo de desarrollo que ha adoptado.

Compromiso con una economía de mercado con orientación socialista
La reducción de la brecha de ingresos demuestra la eficacia del modelo vietnamita de economía de mercado con orientación socialista. Lejos de ser una mezcla entre planificación centralizada y libre mercado, este modelo establece un marco institucional completo para el funcionamiento de una economía de mercado, donde el Estado desempeña un papel activo en garantizar la estabilidad política, la equidad social y la asignación eficiente de recursos.
Modelos similares existen en muchas economías desarrolladas como Japón, Corea del Sur, Canadá o los países europeos, aunque no se denominen “socialistas”. A la fecha, más de 75 países -incluidos varios de las principales economías del mundo- reconocen a Vietnam como una economía de mercado.
Vietnam ha superado a países capitalistas como Filipinas y la India y ha acortado significativamente la distancia con naciones que antes formaban parte del bloque socialista y adoptaron el capitalismo, como Polonia y Hungría: la diferencia de ingresos con estos países ha pasado de 11–12 veces a solo unas 5 veces. También se está reduciendo rápidamente la brecha con las economías desarrolladas como Japón, Estados Unidos y otras naciones occidentales.
Vietnam ya es un país de ingresos altos según el poder adquisitivo
Desde 2009, Vietnam ha sido clasificado como un país de ingresos medios-bajos. Según el Banco Mundial, los países con un ingreso nacional bruto (INB) per cápita entre mil 146 y cuatro mil 515 dólares se consideran de ingresos medios-bajos; entre cuatro mil 516 y 14 mil 5 dólares, de ingresos medios-altos; y por encima de 14 mil 5 dólares, de ingresos altos.
En 2024, el PIB per cápita de Vietnam alcanzó los cuatro mil 717 dólares, mientras que el INB se situó en cuatro mil 490 dólares, justo por debajo del umbral. Se prevé que el país pueda alcanzar oficialmente el estatus de ingresos medios-altos en 2025.
Sin embargo, la experiencia global muestra que muchos países han quedado atrapados en la llamada “trampa del ingreso medio”, incapaces de avanzar hacia niveles de ingresos altos. Esto se debe principalmente a modelos económicos basados en recursos naturales y mano de obra barata, sin una transición efectiva hacia economías basadas en conocimiento y tecnología. Para evitar esa trampa, Vietnam está acelerando reformas institucionales para eliminar obstáculos estructurales.
Cabe destacar que las estadísticas del PIB o INB reflejan indicadores macroeconómicos, pero no siempre muestran el nivel de vida real de la población. Si se mide según la paridad del poder adquisitivo (PPA), Vietnam ya se clasifica como un país de ingresos altos: 1 dólar en Vietnam equivale, en términos de poder de compra, a aproximadamente 3,33 dólares en Estados Unidos. No obstante, este cálculo también tiene limitaciones, ya que precios como el del combustible son similares en ambos países, pero los salarios en Estados Unidos pueden ser hasta 20 veces más altos.
Además, una parte considerable de la economía vietnamita sigue siendo “informal” o no observada. Muchas actividades que en otros países se consideran legales -como las apuestas, los casinos o el comercio de criptomonedas- aún no se registran oficialmente en Vietnam.
Se estima que 17 millones de vietnamitas poseen criptomonedas, lo que sitúa al país entre los siete primeros del mundo en esta categoría, aunque durante años estas operaciones no fueron gravadas ni incluidas en las estadísticas. Recién en 2025 se ha comenzado a regular, tributar y contabilizar estas actividades, lo cual contribuirá a reflejar con mayor precisión la dimensión real de la economía nacional.