A principios de 2021, la variante Delta, de rápida propagación y alta letalidad, revertió los avances de Vietnam y del resto del mundo en la prevención antipandémica. En semejante contexto, bajo el liderazgo del Comité Central del Partido, el primer ministro Pham Minh Chinh se propuso anteponer la salud y la vida del pueblo.
Las medidas preventivas, en especial el distanciamiento social, llevaron a la suspensión de las actividades productivas y comerciales de las empresas y causaron otras dificultades en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, el éxito del lema “si se sacrifica el desarrollo económico y se implementa el distanciamiento social, la prevención antipandémica debe ser lograda” y la firme realización de la diplomacia de las vacunas, así como una veloz campaña de vacunación, contribuyeron a frenar la propagación de la enfermedad.
Una vez que la pandemia estuvo controlada, el Gobierno emitió la Resolución número 128 sobre el reglamento provisional “adaptación segura, flexible y control efectivo del Covid-19”, creando la premisa para la recuperación socioeconómica. El Gobierno comprendió y compartió las dificultades a las que se había enfrentado la comunidad empresarial. En nombre del Gobierno, el premier lideró y emitió varias políticas innovadoras para ayudar a las empresas a mantener y recuperar la producción en la nueva normalidad.
En el actual contexto, el primer ministro Pham Minh Chinh señaló que cada empresario y cada empresa debe actuar como un soldado valiente y de élite en el frente económico, en aras de contribuir a la victoria de toda la nación en la recuperación económica y el desarrollo.
Para llevar a cabo el objetivo de luchar contra la pandemia y recuperar la economía tras un período duro, el Gobierno y el primer ministro llamaron a la comunidad empresarial a la unidad y la determinación de superar dificultades y desafíos y convertirlos “en motivación para avanzar”. Desde la cuarta ola pandémica, el Gobierno ha escuchado las recomendaciones y propuestas de los empresarios y ha mostrado su disposición de apoyar las actividades comerciales bajo el principio de “beneficios armonizados, riesgos compartidos” entre el Estado y las empresas.
Desde los primeros días de su mandato, el Gobierno priorizó los recursos para la elaboración y el perfeccionamiento institucional, considerándolas una tarea política de primer orden y uno de los tres cambios transformadores estratégicos. La revisión de obstáculos e insuficiencias en los documentos legales se ha realizado metódicamente, con el objetivo de mejorar la calidad de los mismos, en especial eliminar los cuellos de botella en la producción y los negocios.
Además, en 202 continuó implementando resoluciones fiscales y monetarias en apoyo a las empresas. En concreto, orientó a ministerios, sectores y localidades a practicar políticas de exención y reducción de impuestos, ampliar el plazo para el pago de rentas de tierras, apoyar a los empleadores a pagar salarios y continuar la reestructuración de los plazos de pago de deudas. También se activaron numerosas medidas de apoyo a los sectores de transporte, producción y montaje de automóviles.
Al reconocer los impactos de la pandemia a la economía, especialmente los de la cuarta ola pandémica, y la necesidad de políticas de apoyo para garantizar los objetivos de recuperación en el período de 2021-2025, el Gobierno emitió a principios de 2022 la Resolución número 11/NQ-CP sobre el Programa de restauración y desarrollo socioeconómico, además de llevar a cabo la Resolución número 43/2022/QH15 de la Asamblea Nacional sobre la política fiscal y monetaria de apoyo.
Uno de los principales objetivos del Programa es recuperar y desarrollar la producción y los negocios de los sectores más importantes, brindando así condiciones favorables a las empresas. Sobre la base de la reapertura económica y la prevención antipandémica, los conjuntos de medidas implementados incluyen desarrollo de infraestructura, apoyo a la recuperación empresarial, reforma institucional y garantía de seguridad social.
Al perfeccionar la organización, el Gobierno y el premier se han enfocado en la eficiencia de las soluciones, creando así una fuerza colectiva para impulsar la recuperación y el desarrollo de la producción y los negocios. A diferencia de crisis anteriores, el Gabinete identificó con precisión el origen pandémico de esta crisis, por lo que las medidas se centran en mejorar la capacidad interna de las entidades de oferta y demanda, contribuyendo a promover el desarrollo económico, en especial los principales sectores y localidades.
Las políticas de asistencia a corto plazo, especialmente de apoyo al flujo de caja y al mercado, han sido eficaces para ayudar a las empresas, cooperativas y hogares autónomos a superar las dificultades y restablecer las actividades productivas y comerciales, contribuyendo al desarrollo estable y sostenible de la comunidad empresarial a medio y largo plazo. Esto resulta aún más decisivo en un contexto en que los principales socios comerciales de Vietnam se recuperan rápidamente (pero pronto caen en recesión), lo que aumenta la presión competitiva y el riesgo de perder impulso para el crecimiento del sector empresarial nacional.
A largo plazo, los mecanismos de apoyo a las empresas tendrán efectos positivos en la productividad laboral, la eficiencia operativa, la competitividad y la resiliencia de las empresas domesticas ante las fluctuaciones impredecibles de la economía mundial.
La economía de Vietnam, aunque ha evolucionado de manera positiva desde el cuarto trimestre de 2021, aún enfrenta dificultades y desafíos continuos. Las hostilidades militares en Ucrania, las tensiones geopolíticas, el aumento de los precios de los productos básicos estratégicos y las políticas antiinflacionarias de las principales economías han afectado directa e indirectamente la economía nacional.
Para encarar la situación, el primer ministro ha mantenido firme el objetivo de estabilizar la macroeconómica, controlar la inflación, promover el crecimiento y asegurar mayores equilibrios de la economía. Además, pone el alto lema de alcanzar la estabilidad pese a la incertidumbre, anteponer la iniciativa a la pasividad, buscar estabilidad y consistencia en los cambios y perturbaciones, usar la herramienta de gestión de riesgos en recesión y crisis como un atributo indispensable en la economía de mercado, y establecer una primera línea de cooperación económica internacional y competencia en la integración.
Por lo tanto, la gestión de la política macroeconómica debe apegarse a la realidad, sobre la base de cuestiones técnicas y económicas, y debe ser política y socialmente estable, con un estilo de gestión más flexible, adecuado y eficaz. En este sentido, el jefe de Gobierno orientó implementar una política fiscal abierta, razonable y eficiente y una política monetaria flexible, oportuna, prudente y eficaz en estrecha coordinación con la política fiscal y otras de corte macroeconómico.
Además de las medidas clave establecidas en el Programa de Recuperación Económica, se ha implementado un sistema de iniciativas destinadas a eliminar las dificultades de las empresas vietnamitas, entre ellas reducir el impuesto ambiental sobre la gasolina y el diésel, administrar estrictamente los bienes cotizados por el Estado, garantizar el suministro de bienes esenciales, diversificar los mercados y las cadenas de suministro, promover la conexión de la oferta y la demanda laboral y proporcionar información sobre los cambios en el mercado, los precios y las políticas de los socios comerciales.
Además de desempeñar cabalmente su papel como órgano ejecutor de las políticas del país, el Gobierno también exige a las empresas adaptarse activamente a las nuevas fluctuaciones, dificultades y desafíos. Las firmas nacionales necesitan renovar de manera activa los modelos y métodos de producción y negocios asociados con la innovación y la transformación digital para mejorar la productividad laboral, la eficiencia operativa y agregar valores a los productos.
Los resultados alcanzados desde principios del año hasta la fecha han demostrado el carácter correcto, razonable, oportuno y adecuado de las políticas y medidas implementadas de acuerdo con la situación de la economía de Vietnam en general y el sector empresarial en particular.
En medio de la desaceleración económica mundial, la economía nacional continúa recuperándose en las áreas de agricultura, industria y servicios. La tasa de crecimiento de cada trimestre es superior a la del anterior y se espera que supere la meta fijada para todo el año, posiblemente más del 7,0 por ciento. Los principales equilibrios de la economía están garantizados, los mercados importantes como divisas, valores, bienes raíces están básicamente bien controlados y la tasa de inflación está por debajo de la meta establecida.
Se trata de una premisa importante para que la economía vietnamita logre resultados integrales en 2022 y progrese en 2023, considerado el año bisagra del plan quinquenal 2021-2025.