En su discurso inaugural de la ceremonia de firma de la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia, Luong Cuong destacó el significado histórico del evento, marcando el inicio de una era de cooperación global en el ciberespacio.
No solo señala el nacimiento de una herramienta legal global, sino que también reafirma la vitalidad del multilateralismo, donde los países superan sus diferencias y se unen para asumir responsabilidades en beneficio común de la paz, la seguridad, la estabilidad y el desarrollo, enfatizó.
Bajo el lema “Combatir el crimen cibernético, compartir responsabilidades, hacia el futuro”, la ceremonia refleja el espíritu de unidad internacional y el compromiso colectivo de los países para construir un ciberespacio seguro, saludable y sostenible.
Señalando que la humanidad ha entrado en el ciberespacio, donde cada línea de datos, cada acción tecnológica y cada interacción digital pueden tener un impacto profundo en la seguridad, la economía, el desarrollo e incluso el futuro de las naciones, el presidente evaluó que el ciberespacio es tanto un nuevo espacio de desarrollo como un nuevo frente en la seguridad global, un lugar donde las oportunidades y los desafíos se entrelazan, y donde el progreso tecnológico debe ir acompañado de ética y responsabilidad.
De acuerdo con el jefe de Estado, junto con los avances sobresalientes de la tecnología digital, las actividades delictivas cibernéticas están aumentando rápidamente en escala, intensidad y consecuencias, convirtiéndose en un desafío directo para la seguridad y el desarrollo de cada país, así como para la vida y el bienestar de sus ciudadanos en la era digital. Por ello, proteger la soberanía, los intereses y la seguridad nacional, así como proteger el ciberespacio, no solo es una necesidad de la era moderna, sino también una condición fundamental para que cada país se desarrolle rápidamente de manera sostenible, contribuyendo a consolidar la paz, la estabilidad y la prosperidad comunes.
Señaló que la Convención de Hanói transmite tres mensajes claros y profundos de gran significado y perdurabilidad para el mundo: Primero, reafirma el compromiso de establecer un orden basado en el derecho internacional para garantizar la seguridad y la estabilidad en el ciberespacio; segundo, promueve el espíritu de compartir, acompañarse y apoyarse mutuamente; y tercero, subraya que el objetivo máximo de todos los esfuerzos es el bienestar de las personas, para que la tecnología sirva a la vida y el desarrollo, brindando oportunidades para todos y asegurando que nadie quede atrás en el proceso de digitalización global.
El presidente afirmó que estos tres mensajes reflejan el núcleo de la Convención de Hanói, que también es el principio que Vietnam persigue con firmeza en su proceso de integración internacional: basándose en el estado de derecho, utilizando la cooperación como motor, y poniendo a la gente en el centro de todos los esfuerzos.
También destacó que, con una política exterior a favor de independencia, autodeterminación, paz, cooperación y desarrollo, así como la multilateralización y diversificación de las relaciones internacionales, Vietnam es un miembro activo, confiable y responsable de la comunidad internacional. Ser el país anfitrión de la ceremonia de apertura y firmar primero la Convención de Hanói es una prueba del fuerte compromiso de Vietnam con el respeto al estado de derecho, el cumplimiento de sus obligaciones internacionales y su contribución al fortalecimiento del orden jurídico global en el ciberespacio.
Instó a los países miembros a ratificar la Convención lo antes posible, para que este instrumento entre en vigor y se establezca un orden digital justo, inclusivo y basado en reglas.
Al intervernir en la ceremonia, el secretario general de la ONU, António Guterres, agradeció al país anfitrión, Vietnam, por su papel pionero, su espíritu de conexión y su capacidad organizativa de alcance internacional. Guterres afirmó que Hanói es una ciudad que encarna el espíritu de la era digital: innovadora, dinámica y conectada.
Señaló que la humanidad está viviendo una época de transformación tecnológica sin precedentes, en la que los avances acercan al mundo, pero también conllevan riesgos crecientes. En este contexto, consideró que la Convención de Hanói constituye el primer tratado mundial en materia de justicia penal en más de dos décadas, proporcionando un marco jurídico común para que los Estados cooperen en la lucha contra el delito cibernético.
Guterres hizo un llamado a los países a ratificar y aplicar la Convención lo antes posible, transformando los compromisos en acciones concretas para garantizar la seguridad cibernética global. Asimismo, reafirmó que las Naciones Unidas acompañarán a los Estados a través de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y la Oficina de Asuntos Jurídicos (OLA), brindando apoyo en el desarrollo de capacidades y en la promoción de programas de cooperación entre las naciones.
Subrayó que, al firmar esta Convención, todos los países están sentando las bases de un ciberespacio seguro, que respete los derechos humanos y sirva a la paz, la seguridad y la prosperidad de todos.
Por su parte, la directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, afirmó que la adopción y firma de la Convención constituye un logro histórico tras cinco años de arduas negociaciones.
Según Waly, una nueva era del delito cibernético ha emergido, impulsada por el rápido desarrollo de la inteligencia artificial, las criptomonedas y la tecnología digital, lo que hace que las amenazas sean cada vez más sofisticadas y transnacionales. Destacó que la Convención de Hanói establecerá un marco jurídico mundial que unifique los estándares, facilite el intercambio y uso de pruebas electrónicas, promueva la cooperación judicial y proteja los derechos humanos.
Inmediatamente después de la sesión inaugural, el presidente Luong Cuong, el secretario general de la ONU, António Guterres, y los delegados presenciaron la firma oficial de la Convención de las Naciones Unidas contra la Ciberdelincuencia, en una ceremonia formal gestionada por la OLA.
La Convención de las Naciones Unidas sobre el crimen cibernético fue propuesta por la ONU en 2019, debido a la urgente necesidad de establecer un marco legal integral para abordar los desafíos globales en materia de seguridad no tradicional, cambio climático y desarrollo sostenible. Tras cinco años de negociaciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó oficialmente la Convención el 24 de diciembre de 2024.
La Convención consta de 9 capítulos y 71 artículos, proporcionando un enfoque integral para prevenir y combatir el delito cibernético global, garantizando, al mismo tiempo, los principios de derechos humanos. El documento aborda los desafíos técnicos y legales mediante la adaptación de los métodos de investigación penal tradicionales al entorno tecnológico de la información y la comunicación, mientras refuerza la cooperación internacional.