En la antigua capital tailandesa de Ayutthaya, situada a unos 80 kilómetros de Bangkok, decenas de elefantes pintados con dibujos del corazón y flores en su cuerpo, caminaban por las calles, salpicando y rociando agua a visitantes locales y extranjeros.
Según las creencias de los tailandeses, el ritual de tirar agua trae buena suerte para los participantes.
En los días feriados, las personas suelen llevar frutas y platos vegetarianos a las pagodas, donde participan en el lavado de estatuas de Buda, y regresan luego a su casa para pedir la longevidad para sus abuelos y padres.
Al llegar a Tailandia durante esa etapa, los turistas extranjeros tienen también la oportunidad de experimentar y unirse a las celebraciones del Songkran, especialmente Bangkok, Chiang Mai, y Udon Thani, donde se organizan los eventos a gran escala.
El gobierno tailandés orientó a la fuerza policíaca reforzar las medidas para garantizar la seguridad y el flujo de tránsito, con la movilización de casi dos mil oficiales en Bangkok.
Mientras tanto, informó que se suspenderán los programas artísticos en las calles céntricas Khao San y Silom, de esta ciudad, durante el Songkran, debido a los preparativos para la coronación del rey tailandés, que se efectuará entre el 4 y el 6 de mayo próximo.
El festival del Año Nuevo Budista Songkran, llamado también Chol Chnam Thmay en Vietnam y Camboya, Bunpimay en Laos, y Thingyan en Myanmar, se considera como la fiesta nacional más importante en Tailandia, cuya población mayoritaria practica esta religión.