El evento forma parte de las actividades de homenaje póstumo a las víctimas de accidentes viales en 2023, en respuesta a la Resolución A/74/L.86 de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre “Mejorar la seguridad global en el transporte terrestre”.
En la ceremonia, los delegados, dignatarios, monjes, seguidores budistas y visitantes ofrecieron inciensos y oraron por las personas accidentadas.